Con Carlos siempre hay que esperar lo inesperado

Juan Carlos Ferrero apareció exultante y satisfecho en la sala de prensa. Apenas unos minutos antes, desde el banquillo, había sido testigo privilegiado de una de las mayores gestas en la carrera de Carlos Alcaraz. Más de cinco horas de batalla, de tenis al límite, de sufrimiento y de gloria. Y como él mismo reconoció, un partido “absolutamente irreal”.

Fuente