China decepciona: las exportaciones a EEUU se desploman y el IPC vuelve a caer en mayo

Malos datos en China en el mes de mayo. El gigante asiático ha decepcionado con las cifras del Índice de Precios al Consumo (IPC) y de la balanza comercial conocidos este lunes, que muestran los efectos que está teniendo la guerra arancelaria emprendida por el presidente estadounidense Donald Trump, pese a la tregua actual.

En concreto, en lo que respecta a la balanza comercial lo más llamativo es la caída del 34,5% de las exportaciones chinas a EEUU, hasta los 28.800 millones de dólares, respecto al mismo mes del año anterior (y desde el retroceso del 21% interanual de abril). Se trata del mayor desplome registrado desde febrero de 2020.

También destaca la caída del 18% de las importaciones procedentes del país americano. La guerra arancelaria ha dejado tocada a la economía china, que no ha cumplido las expectativas de los expertos.

Y es que, en el mes de mayo, las exportaciones aumentaron un 4,8% con respecto al año anterior, pero este crecimiento no ha cumplido con lo previsto por los analistas del 5%, que afirman ahora que los efectos de la tregua comercial entre Pekín y Washington no se verán hasta los datos de junio.

Por su parte, las importaciones se desplomaron un 3,4% en el quinto mes del año respecto al año anterior, una drástica caída que supone el tercer mes consecutivo de crecimiento negativo.

Tal y como comentan los estrategas de ING, «es probable que los datos de mayo sigan reflejando el impacto del periodo de máximos aranceles», y esperan que el crecimiento de las exportaciones a EEUU «se recupere en los próximos meses». En su opinión, «podríamos ver una anticipación de importaciones ante el riesgo todavía elevado de que los aranceles vuelvan a aumentar, dada la incertidumbre en torno a las negociaciones comerciales durante el último mes».

De hecho, en conjunto los datos no han sido tan malos, y es que la balanza comercial de China ha vuelto a superar las previsiones, dado que el superávit ha aumentado un 25% hasta los 103.200 millones de dólares, su nivel más alto en cuatro meses.

En cuanto a la inflación, los precios volvieron a caer en mayo un 0,1% interanual, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística, y ya es el cuarto mes consecutivo que se produce esta situación. Las medidas de estímulo de Pekín parecen ser insuficientes para impulsar el consumo interno, y la guerra de precios en el sector automovilístico ha aumentado la presión a la baja.

Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye la volatilidad de los precios de los alimentos y la energía, ha aumentado un 0,6% en mayo, su nivel más alto desde enero de este año.

En cuanto a la inflación del Índice de Precios al Productor (IPP), cabe destacar que se mantiene en terreno de contracción por trigésimo segundo mes consecutivo, alcanzando un mínimo de 22 meses al haber registrado una caída del 3,3% interanual en mayo, frente a la estimación de los analistas de una caída del 3,2%.

«Los datos de mayo muestran que las presiones deflacionarias siguen siendo significativas, aunque los efectos del paquete de estímulo monetario del Banco Popular de China (PBoC) del mes pasado aún no se reflejan claramente en las cifras», indican los analistas de ING, que creen que «será necesario observar los datos de los próximos meses para evaluar si estas medidas logran empujar el IPC nuevamente a territorio positivo». Aunque recuerdan que «es difícil anticipar un repunte significativo, ya que el sentimiento del consumidor interno sigue siendo débil y los aranceles podrían ejercer una presión deflacionaria adicional«.

Bajo su punto de vista, «la persistencia de la deflación, junto con señales de desaceleración económica, podría abrir la puerta a que el PBoC flexibilice aún más su política monetaria más adelante en el año». No obstante, añaden, también es posible que «el próximo recorte tome algo de tiempo, ya que el banco central podría optar por observar las tendencias económicas durante algunos meses».

De hecho, en el banco holandés creen que si los datos «siguen mostrando cierta solidez», es probable que el próximo recorte de tasas «se postergue». Por esta razón han retrasado su previsión del segundo recorte de tasas «hacia el cuarto trimestre, donde podría esperarse un recorte de entre 10 y 20 puntos básicos, dependiendo de cómo evolucionen los datos».

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