Teatro sudafricano


La campaña de importaciones del hemisferio sur ha arrancado. En el caso de Sudáfrica, según sus datos, a finales de mayo ya habían embarcado 1,7 millones de cajas de 15 kg de naranjas. Muchas llegarán a la UE (su primer destino, con el 40% de sus exportaciones). Comenzamos una nueva temporada con las mismas incertidumbres de siempre: ¿volverán los récords en detecciones de ‘mancha negra’ (CBS)?, ¿será este año el primero en el que cumplan el tratamiento de frío? Sudáfrica acumula ya dos rechazos por la primera enfermedad citada. Y acabamos de empezar. En junio de 2022 el DOUE publicó los nuevos requisitos de entrada a las naranjas de países con Thaumatotibia leucotreta (‘falsa polilla’). Se aprobó el tratamiento de frío obligatorio y aquello fue descrito como un hito histórico en la política europea. Cierto. Pero se inició un teatrillo que se ha prolongado hasta hoy. Sudáfrica explotó primero el victimismo de una medida excepcional a la que no habían dado margen para adaptarse. Falso, porque estaban sobradamente advertidos y porque ese mismo tratamiento -o peor, uno más exigente- lo venían aplicando en sus exportadores a decenas de destinos (EEUU, China, India…). Repitieron hasta la saciedad que la medida era «innecesaria, desproporcional e inviable». Falso, porque se basó en estudios científicos oficiales y en la reiteración de detecciones en frontera con este patógeno, cuyo combate está regulado como prioritario. Apelaron a lo emocional porque -dijeron- suponía un freno para el desarrollo de la población más humilde y negra. Falso, porque su industria está abrumadoramente en manos de una minoría blanca y porque las exportaciones de naranjas a la UE se han mantenido entre 370.000 y 400.000 t. El corolario de este culebrón fue llevar a la UE ante la OMC por la regulación vigente en este terreno. ¿Han cumplido con ella hasta el momento?. Las respuesta es no: siguen llegando muchas partidas con CBS y en materia de ‘Falsa polilla’ aplican una suerte de ‘refrigeración de contenedor’ y no un cold treatment con un régimen regulado de días y temperaturas a alcanzar y medir en la pulpa de la naranja, como se describe inequívocamente en las normas internacionales. En la gran mayoría de casos, en los puertos europeos este extremo no se verifica y se accede, en un acto de fe, a confiar en lo que dice un certificado ex­pedido en origen y un registro de temperaturas de contenedor pero en ningún caso de pulpa.

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