Viajó a la final de la lluvia del Bernabéu en 1995, a la Copa de La Cartuja de 1999, a la de Champions de Milán en 2001, a la UEFA de Göteborg en 2004, a la Copa del Calderón de 2008 y a las dos últimas de Sevilla de 2019 y 2022. Ha ido a todas menos a la de París y por «principios». Es imposible haber estado en las finales del Valencia CF de los últimos treinta años y no conocer al bueno de Salva. ¿Quién no se ha hecho una fotografía con él mientras la afición conquistaba la ciudad de turno con cánticos y tracas? Salvador Plana Giménez, conocido por todos como el Papa del Valencia, es uno de los símbolos del valencianismo en las finales. De 78 años, natural de Albalat de la Ribera y padre de dos hijos valencianistas de pura cepa como no podía ser de otra manera. La muerte del Papa Francisco y el posterior nombramiento de León XIV le ha puesto en boca de los suyos con bromas, recuerdos y un deseo de todos: que el Valencia no tarde mucho a una final y vuelva a sacar del armario el traje de Papa. De Papa del Valencia CF.
Viajó a la final de la lluvia en 1995, a la Copa de La Cartuja de 1999, a la de Champions de Milán en 2001, a la de la UEFA de Göteborg en 2004, a la de Copa de 2008 y a las últimas de Sevilla de 2019 y 2022 / Agustín Perales
Salvador abre las puertas de su casa a SUPER. Lo primero que quiere es dejar claro su respeto a todas las creencias religiosas. «Yo voy vestido así simplemente para disfrutar. Si no voy vestido, no voy a gusto». Su vestimenta de Papa es sinónimo de finales del Valencia. «He estado en todas las finales, menos la de París porque no me trago a los franceses. Lo digo de verdad, coincidió cuando tiraron los caminos de naranjas a tierra y no quise ir a esa final, pero he ido a todas. A Göteborg, a Sevilla, Milán, Madrid… En la de la lluvia lo único que no me mojé fue los dientes». En todas, eso sí, se llevó el cariño del valencianismo. «Me habré hecho un millón de fotos con la gente. En Göteborg no podía ni caminar, me llevaban como una marioneta, para aquí, para allá. Todos me pedían fotos. Ha pasado en todas las finales. ¡No tenía tiempo ni para saludar a los amigos! Chicos y chicas encima de mí. Son días de alegría. La gente me admiraba. Me decían ‘¡Mira que tienes cara para salir así!’ No te creas que es fácil salir vestido de Papa delante de todos», bromea. Para anécdotas la de Sevilla en la Catedral. «En Sevilla me cambié dentro de la Catedral, me puse un rincón para cambiarme, me puse el traje y vinieron a llamarme la atención porque iba vestido de Papa», sonreía. Salvador no pasa desapercibido entre el valencianismo. «En la última final en Sevilla fue una locura porque la agente me decía: ‘¡Yo tengo una foto con usted en Madrid! ¡Yo me hice una en Sevilla hace tres!’ Así todo el tiempo. Es raro que la gente que va a las finales no se haga foto conmigo». Hasta en el extranjero lo reconocen la afición. «Después de la final contra el Getafe, ese verano nos fuimos a la República Dominicana y un aficionado se acercó, me enseñó el móvil y me dijo: ‘¿Usted es este?’».

Salvador, el Papa del Valencia CF, ya protagonizó una portada de SUPER / Agustín Perales
A pesar de su edad y sus problemas en la pierna, la ilusión de Salvador y toda su gente es volver a verlo en una final del Valencia: «Espero que el Valencia no tarde en jugar una final y si vamos a una final el Papa no fallará. Si hay una final, estaré, lo prometo aunque ahora ando fastidiado de la pierna. Ya he ido a médicos, van a volver a operarme y a ponerme una prótesis por eso no puedo ir a Mestalla». No me la juego. Ojalá juguemos una final pronto… pero lo veo difícil. Salvador es crítico con la gestión de Peter Lim. «Yo como la gente tampoco soy partidario de Peter Lim, lo siento mucho por él, pero no estoy de acuerdo con la manera que piensa él. De la forma que lo está enfocando se equivoca. Ojalá fuera más abierto, que mire por la afición y por el Valencia. Lo primero que tiene que hacer es pensar en la gente que somos los que sacamos al equipo adelante. El Valencia tiene muy buena afición. La mejor», asiente.

Salvador ha transmitido el valencianismo a sus hijos / Agustín Perales
A Salvador también le parece que el equipo tiene ahora mismo el mejor entrenador. «Corberán lo está haciendo muy bien, nos está llevando por buen camino. Lo que le tienen que fichar ahora son algunos veteranos. Es mi opinión. A mí me gustaría alguien que dirigiera el centro del campo como Claramunt que mandaba y ganaba. Pepe Claramunt es mi ídolo. Siempre lo será. Para mí ha sido el mejor como jugador y como persona porque trabajé en su casa y es un recuerdo maravilloso».