La Conferencia de Presidentes celebrada este viernes 6 de junio en Barcelona tuvo un protagonista principal más allá de las conversaciones que se llegaron a mantener entre líderes autonómicos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cumplió el deber de acaparar miradas y atención, primero negándole el saludo a la ministra de Sanidad, Mónica García, y, posteriormente, abandonando el encuentro cuando el lehendakari, Imanol Pradales, inició su intervención en euskera.
La decisión de abandonar la Conferencia la tomaba después de haber anunciado días previos que, a pesar de los pinganillos disponibles para traducir las intervenciones que se pudieran hacer en lenguas cooficiales, se iría del encuentro si no se hablaba español. «O se habla en español o me saldré; no me pondré el pinganillo», aseguraba. Una promesa que cumplió a rajatabla y que ha generado una cascada de críticas.
Entre ellas, la del colaborador televisivo Gonzalo Miró. Ha sido durante su intervención en un acto de la Fundación Ramón Rubial en Bilbao, donde Miró ha aprovechado para hacer una defensa férrea del euskera lanzando un mensaje a la presidenta madrileña. Después de dar los buenos días en euskera, continuaba expresando su opinión sobre el tema. «Me hubiera encantado poder agradecer estos dos minutos, que no sé si serán tantos, en euskera, sobre todo para que no penséis en el País Vasco que en Madrid somos todos igual de catetos«, ha señalado.
A continuación, el tertuliano ha proseguido agradeciendo a todo aquel que le manda mensajes de ánimos por ser un motor en el desarrollo de su profesión. «El agradecimiento de decir lo que pienso lo recibo en la calle, la gente, realmente ese es el mejor premio, cuando hay gente que no tiene la voz de ponerse delante de una cámara o de un micrófono de radio y te paran y te dicen que piensan como tú, que no aflojes, que sigas dando caña, eso da mucha energía para seguir, para no tirar la toalla y este premio he de decir que también. Esto me da fuerza cuando hay momentos en los que dices que no merece aguantar todo esto, pues resulta que sí merece la pena», ha sentenciado.
El gesto con Mónica García
La baronesa conservadora ya calentó la Conferencia a su llegada, tras un tenso enfrentamiento entre Isabel Díaz Ayuso y la ministra de Sanidad, Mónica García, ha vuelto a evidenciar la profunda tensión entre ambas dirigentes. Este nuevo desencuentro se produjo antes del acto protocolario de saludos con el rey Felipe VI, cuando las autoridades se disponían a estrechar la mano del monarca en el marco de la Conferencia de Presidentes.
Según fuentes cercanas a García, la ministra se habría acercado a saludar a Ayuso «con normalidad institucional«, guiada – según su entorno – por el convencimiento de que, a pesar de las notables diferencias políticas entre ambas, «por encima de todo deben prevalecer las normas básicas de educación y cortesía».
Sin embargo, lejos de responder al gesto, Ayuso habría rehusado el saludo con un comentario tajante: “Yo no saludo a asesinas”. Ante la acusación, García reaccionó con desconcierto, replicando simplemente: “¿Perdona?”. En ese momento, y según la versión del equipo de la ministra, la presidenta madrileña se mostró visiblemente alterada, adoptando una actitud “nerviosa, inquieta y agresiva” mientras le reprochaba supuestas declaraciones en las que la titular de Sanidad la habría calificado de «asesina» por la gestión de las residencias de mayores durante la pandemia.
Desde Más Madrid niegan categóricamente que García haya hecho jamás tal afirmación. “Eso es rotundamente falso y puede comprobarse con una simple revisión hemerográfica”, afirman las mismas fuentes. Según relatan, García le habría respondido de forma firme, subrayando que esa acusación era una mentira y que no era aceptable mentir de esa manera.
La tensión fue tal que miembros del equipo de protocolo presentes en el evento tuvieron que intervenir para separar a ambas dirigentes y evitar que el altercado escalara aún más. El intercambio se produce pocas semanas después de su último cruce público, cuando García ironizó sobre el uso de porros en referencia a una intervención de Ayuso, un episodio que ya dejó patente la hostilidad entre ambas.
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