Empezar un nuevo trabajo siempre genera ilusión, expectativas y, por qué no, algo de nervios. Sin embargo, a veces bastan unos pocos días para darse cuenta de que algo no encaja. Y no hablamos de que el puesto no sea lo que esperabas o de que haya que adaptarse, sino de señales claras de alarma que pueden afectar gravemente a tu bienestar, tus derechos laborales y tu futuro profesional.
El experto en derecho laboral responsable del canal de Instagram Un Tío Legal, muy popular en redes sociales por explicar de forma clara y directa los derechos de los trabajadores, advierte de tres grandes red flags que no deberías ignorar jamás, incluso si acabas de empezar.
3 señales para dejar un trabajo
La primera señal, y quizás una de las más comunes en tiempos de incertidumbre económica, es cuando al empresario no le funciona el negocio… y lo pagas tú. El hecho de que la empresa tenga problemas financieros no justifica en ningún caso que tú, como trabajador, dejes de cobrar tu sueldo, tus horas extra, tus pagas prorrateadas o cualquier otro derecho.
Si detectas que empiezan a retrasarte el pago, a eliminar conceptos del salario sin explicación o a hablar de “remar todos juntos” sin garantías, ten cuidado. Esa bandera roja ondea muy alto. La segunda red flag que debería activar todas tus alertas es cuando el jefe quiere racanear tus derechos solo para su propio beneficio. No hablamos de una empresa en crisis, sino de un empresario que busca enriquecerse a costa de explotar a su plantilla.
Puede que te pidan hacer horas extra que nunca se pagan, que te nieguen días de descanso, que no respeten tu categoría profesional o que te obliguen a firmar documentos falsos. “Ese jefe no lo hace por necesidad, lo hace porque sabe que puede. Es un pirata de manual”, denuncia el experto.
El jefe tóxico
Y por último, pero no menos importante, está la tercera y más tóxica de las red flags: el jefe tóxico. Puede que pague al día y cumpla lo justo, pero su actitud te amarga el día. Gritos, humillaciones, control excesivo, desprecio constante, insinuaciones fuera de lugar o manipulación emocional son solo algunos de los comportamientos que definen a este perfil. “A veces la gente aguanta porque tiene miedo, pero trabajar con una persona así deteriora tu salud mental a pasos agigantados”, alerta el experto. Si ves que en solo unos días te sientes tenso, estresado o incómodo sin motivo claro, párate a pensar si realmente merece la pena.
Lo más preocupante de estas situaciones es que muchas personas no actúan por miedo a parecer “flojas” o “poco comprometidas”, sobre todo si acaban de entrar. Pero es precisamente en ese momento cuando tienes más margen para decidir si ese lugar merece tu esfuerzo. Como señala el propio abogado laboralista, “un buen jefe no tiene nada que esconder ni necesita justificar abusos. Si los hay, no es un sitio para quedarse”.
Además, desde el punto de vista legal, debes saber que tus derechos como trabajador están protegidos desde el primer minuto. No importa que lleves una semana o seis meses: si no te pagan, si vulneran tu convenio o si hay acoso, puedes acudir a los tribunales o a la Inspección de Trabajo.