Ratones de laboratorio

Una persona utiliza su mando de la televisión / Ricardo Rubio – Europa Press – Archivo

Desde comienzos del siglo XX, cuando Lucien Cuenot, un biólogo francés, utilizó ratones para demostrar las teorías hereditarias de Mendel, los ratones de laboratorio han sido un elemento clave para el avance de la investigación científica en numerosos campos, incluyendo la genética, la neurología, la inmunología, la neurociencia, la farmacología y la toxicología. La facilidad para criar ratones, con ciclos reproductivos cortos, su similitud genética con los humanos y la posibilidad de crear individuos manipulados genéticamente hacen que los ratones de laboratorio sean de inmenso valor para ayudarnos a entender y modelar procesos biológicos y enfermedades humanas, así como para probar tratamientos en su fase más temprana. Desde la lucha contra el cáncer, donde los ratones permiten estudiar el desarrollo de tumores y evaluar posibles agentes de quimioterapia, hasta la neurociencia donde modelos desarrollados en ratones nos permiten entender mejor el alzhéimer, la enfermedad de Parkinson o incluso el autismo, ayudando a descubrir potenciales terapias, la ciencia no habría progresado sin la ayuda de estos pequeños roedores.

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