El tesoro de Guarrazar, descubierto en 1858 cerca
de Toledo, es un impresionante conjunto de coronas votivas y objetos
de orfebrería de época visigoda que ha fascinado a historiadores y
arqueólogos por su riqueza y significado. Formado por piezas de oro,
piedras preciosas, perlas y cristal de roca, este hallazgo es clave
para comprender la relación entre la monarquía y la Iglesia en la
Antigüedad Tardía europea.
Un Tesoro Único de la Época Visigoda
El tesoro de Guarrazar fue encontrado en Guadamur, Toledo, y está
compuesto por veintitrés coronas votivas, cruces procesionales y
otros objetos sagrados fabricados en oro y piedras preciosas entre
los siglos VI y VII. Las piezas, que reflejan la influencia bizantina
en la corte visigoda de Toledo, fueron ofrendas realizadas por reyes
y personajes de alto rango para adornar basílicas y templos
religiosos. La corona del rey Recesvinto (649-672) destaca por ser la
más grande y suntuosa, con su nombre formado por letras colgantes de
oro.
Tras su ocultamiento en el año 711, durante la invasión
musulmana de la Península Ibérica, el tesoro permaneció intacto
por más de 1.150 años hasta su hallazgo accidental en el siglo XIX.
Desde entonces, las piezas han sido repartidas entre el Museo
Arqueológico Nacional y el Palacio Real en Madrid, y el Musée
National du Moyen Âge en París.
Investigaciones Arqueológicas y Nuevos Hallazgos en Guarrazar
A pesar de la fama del tesoro, no fue hasta 2002 cuando se
retomaron las investigaciones arqueológicas en el yacimiento,
financiadas por el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid.
Empleando técnicas modernas como el geomagnetismo y el georradar,
los arqueólogos identificaron la planta de grandes edificios que
revelan la existencia de un importante santuario visigodo.
Desde 2013, bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Guadamur, las
excavaciones han sacado a la luz restos de una basílica monumental y
un monasterio cercano, además de un edificio rectangular con un
manantial. La riqueza de los materiales y las dimensiones de las
estructuras apuntan a que el tesoro fue depositado en un conjunto
religioso de gran relevancia, reforzando la teoría de que las
coronas y cruces fueron ofrendas votivas destinadas a una gran
basílica visigoda.
Gran Cruz de Guarrazar
Estas investigaciones han permitido también profundizar en las
técnicas de orfebrería empleadas y el origen de las gemas, como
esmeraldas de Austria y zafiros de Sri Lanka, lo que confirma el alto
nivel artístico y comercial de la época visigoda en Toledo.
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