Tras el amargo fracaso cosechado hace tan solo dos años, Japón vuelve a soñar con dejar su huella en la Luna. La empresa japonesa ispace, con sede en Tokio, ha anunciado que realizará este jueves su segundo intento de alunizaje en la compleja superficie de nuestro satélite con el módulo ‘Resilience’ y el robot ‘Tenacious’. Si todo marcha según lo previsto, la misión llegará a la Luna sobre a las 21:17 hora peninsular española (3:17 p.m. EDT), en un evento que se podrá seguir en directo a través de la web de ispace y su canal de YouTube.
La nave japonesa intentará alunizar en la región conocida como Mare Frigoris, el «Mar del Frío», una vasta llanura basáltica ubicada en el extremo norte del hemisferio lunar. La elección del lugar no es casual. Según explican los expertos, en este tipo de regiones, moldeadas por antiguas erupciones volcánicas y colisiones cósmicas, ofrecen una topografía relativamente estable para los aterrizajes y, además, también son un lugar ideal para llevar a cabo estudios en busca de trazas de vida presente o pasada.
La misión ha tardado un total de 141 días en llegar a su destino desde su lanzamiento, que tuvo lugar el 15 de enero a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Su descenso supondrá una nueva prueba de fuego para ispace, que en abril de 2023 perdió contacto con su primer módulo, el Hakuto-R, durante la maniobra de alunizaje. Desde entonces, Japón ha avanzado en su programa lunar, como lo demostró el aterrizaje de la sonda SLIM de la agencia espacial japonesa JAXA en enero de 2024, que le otorgó el título de quinto país en lograr un alunizaje suave.
Según explican desde la empresa impulsora de este proyecto, uno de los puntos fuertes de esta misión es el microrover «Tenacious», un pequeño prodigio de la tecnología que viajará hasta la superficie lunar para realizar una demostración tecnológica. Su objetivo será ponerse en marcha sobre la superficie lunar y extraer regolito del suelo con una pequeña pala mientras se desplaza. También ha sido diseñado para enviar imágenes en alta definición y datos científicos sobre la superficie lunar.
La carga útil de la misión incluye un electrolizador de agua, un experimento de producción de alimentos, una sonda de radiación espacial y, además, una maqueta del artista sueco Mikael Genberg llamada Moonhouse que, según explica su creador, «representa el deseo de habitar la Luna». Con Resilience y Tenacious, Japón se juega mucho más que un simple alunizaje sino que, en el fondo, vuelve a poner a prueba su capacidad para entrar de lleno en la nueva carrera lunar.
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