No ha habido sorpresa. El Banco Central Europeo (BCE) cumple con lo previsto y vuelve a bajar los tres tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos (pb), en lo que es el octavo recorte de este ciclo y el séptimo que ejecuta de forma consecutiva desde septiembre de 2024.
En concreto, el Consejo de Gobierno ha decidido llevar los tipos de interés aplicables a la facilidad de depósito (DFR), a las operaciones principales de financiación (MRO) y a la facilidad marginal de crédito (MLF) hasta el 2,00%, el 2,15% y el 2,40%, respectivamente, con efectos a partir del 11 de junio de 2025.
Además, el organismo ha actualizado sus proyecciones económicas, en las que ha rebajado en tres décimas su previsión de inflación tanto para 2025 como para 2026 después de que se haya moderado hasta el objetivo del 2% a medio plazo. Así, estima que la tasa se situará en el 2% y el 1,6%, respectivamente.
Según Fráncfort, estas nuevas proyecciones «reflejan, principalmente, la revisión a la baja de los supuestos sobre los precios de la energía y la apreciación del euro«. En cuanto a la tasa de inflación subyacente, es decir, excluyendo energía y alimentos, calculan que se situará en un promedio del 2,4% en 2025 y del 1,9% en 2026, prácticamente sin cambios desde sus anteriores proyecciones de marzo.
Por otro lado, el BCE prevé un crecimiento del PIB del 0,9% en 2025 y del 1,1% en 2026. Como indican, la proyección de crecimiento sin revisar para 2025 «refleja un primer trimestre más sólido de lo previsto, junto con perspectivas más débiles para el resto del año».
«Aunque se espera que la incertidumbre sobre las políticas comerciales afecte a la inversión empresarial y a las exportaciones, especialmente a corto plazo, el aumento de la inversión pública en defensa e infraestructuras respaldará progresivamente el crecimiento a medio plazo. Un aumento de las rentas reales y un mercado de trabajo sólido permitirán a los hogares gastar más, lo que, unido a unas condiciones de financiación más favorables, debería reforzar la capacidad de resistencia de la economía frente a las perturbaciones mundiales», explica el organismo.
El BCE también subraya que la mayoría de los indicadores de la inflación subyacente sugieren que la inflación «se estabilizará de forma sostenida» en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo. Fráncfort considera que el crecimiento de los salarios todavía es » elevado, aunque sigue moderándose notablemente», y también constata que los beneficios «están amortiguando en parte su impacto sobre la inflación».
El BCE reitera que, especialmente en el contexto actual de excepcional incertidumbre, aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar la orientación apropiada de la política monetaria.
Fráncfort ha recordado que las decisiones del Consejo de Gobierno sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos.
Sobre el programa de compras de activos (APP) y el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), el BCE ha indicado que «están disminuyendo a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo».
PREOCUPACIÓN POR LOS ARANCELES
Asimismo, el BCE ha vuelto a advertir sobre los problemas que representan los aranceles de Estados Unidos y de su presidente, Donald Trump, para la eurozona en su conjunto.
En el comunicado, el organismo ha señalado que, debido a la «elevada incertidumbre» que impera en los mercados, los expertos del Eurosistema han evaluado algunos mecanismos mediante los que distintas políticas comerciales podrían afectar al crecimiento y a la inflación en escenarios ilustrativos alternativos.
En este análisis de escenario, si en los próximos meses se produjera una mayor escalada de las tensiones comerciales, el crecimiento y la inflación se situarían «por debajo de lo previsto» en el escenario de referencia de las proyecciones. En cambio, si las tensiones comerciales se resolvieran con un resultado favorable, el crecimiento y, en menor medida, la inflación se situarían «por encima de lo previsto en ese escenario».