Un bolígrafo con tecnología magnética capta los movimientos al escribir y los analiza mediante una red neuronal artificial y aprendizaje automático. Los primeros resultados son prometedores y podrían significar un gran avance en el diagnóstico del Parkinson.
En las últimas décadas, el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson (EP) ha dependido en gran medida de la observación clínica y de pruebas subjetivas, una condición que retrasa la detección temprana y limita las opciones terapéuticas. Para superar este desafío, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, ha desarrollado un bolígrafo magnético capaz de convertir los movimientos de la escritura en señales eléctricas, con el fin de identificar con precisión los temblores asociados a la EP.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta el sistema motor, provocando temblores, rigidez y lentitud en los movimientos y dificultando actividades cotidianas como la escritura, según informa Medical Xpress. Hasta ahora, los diagnósticos se basan en exámenes neurológicos que dependen de la experiencia del médico y de escalas de valoración clínica, lo que introduce variabilidad, posibles sesgos y limita el acceso en regiones con pocos recursos.
De acuerdo a un artículo publicado en IEEE Spectrum, el prototipo consta de una punta de silicona con pequeñas partículas magnéticas (tecnología magnetoelástica) y un depósito de tinta ferrofluida cargada de nanomagnetos. Al escribir o dibujar, la presión ejercida deforma la punta magnética y desplaza la tinta, modulando el flujo magnético.
Resultados positivos
Según explican los especialistas en el estudio publicado en la revista Nature Chemical Engineering, los cambios generan una corriente eléctrica en una bobina conductora integrada en el cuerpo del bolígrafo, que registra en tiempo real los microtemblores de la mano, tanto sobre el papel como en el aire. Estos registros son analizados mediante una red neuronal artificial y aprendizaje automático.
A diferencia de las técnicas que analizan únicamente el resultado gráfico de la escritura, este dispositivo captura la cinética del movimiento, evitando depender de la interpretación visual del trazo y de la opinión del clínico. Según el líder del estudio, el bioingeniero Gary Chen, “esta tecnología resulta muy prometedora, aunque requiere estudios adicionales para validar su eficacia en poblaciones más amplias”, según expresó a IEEE Spectrum.
En un estudio piloto realizado en el Centro Médico de la UCLA, en el cual participaron 16 individuos (3 pacientes con EP y 13 voluntarios sanos) se solicitó a cada participante realizar diversas tareas de escritura, como trazado de espirales, líneas y letras, tanto sobre papel como en el aire, mientras el bolígrafo capturaba las señales eléctricas generadas. Estos datos fueron procesados por una red neuronal convolucional unidimensional (CNN), que alcanzó una precisión promedio del 96,22% en la identificación de pacientes con EP.
Ventajas y aplicaciones
A pesar de estos resultados prometedores, los autores reconocen la necesidad de ampliar la muestra, incluir participantes de diferentes edades, con distintos idiomas nativos y con variaciones en la mano dominante, para evaluar la generalización clínica del dispositivo.
Referencia
Neural network-assisted personalized handwriting analysis for Parkinson’s disease diagnostics. Guorui Chen et al. Nature Chemical Engineering (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s44286-025-00219-5
Una de las ventajas principales de esta técnica es su bajo coste y portabilidad, simplificando exámenes de detección en entornos con recursos limitados o incluso en el domicilio de los pacientes. Esto facilitaría el muestreo masivo y el seguimiento de los síntomas. Además, al capturar directamente las señales motoras durante la escritura, el sistema puede emplearse no solo para el diagnóstico inicial, sino también para monitorear la progresión del Parkinson y ajustar tratamientos de manera personalizada.
Se estima que actualmente hay alrededor de 12 millones de personas con Parkinson en el mundo, cifra que podría duplicarse para 2050. En este contexto, herramientas objetivas y de bajo coste como este bolígrafo magnético representan un avance significativo en la detección temprana y la gestión de la enfermedad. Sin embargo, aún resta validar la tecnología en estudios clínicos de mayor envergadura y explorar su capacidad para diferenciar la EP de otros trastornos con temblores similares.