Durante siglos, las marismas y lagunas de Europa Central fueron drenadas y convertidas en campos de cultivo, siguiendo técnicas que se expandieron desde la época de Felipe II. Una nueva técnica utiliza inteligencia artificial y mapas históricos para devolver la vida —al menos digitalmente— a esos paisajes desaparecidos, permitiendo comprender cómo el pasado sigue influyendo en el presente.
La Universidad de Graz (Austria) ha lanzado un innovador proyecto que permite revivir paisajes desaparecidos mediante el uso combinado de inteligencia artificial (IA) y cartografía histórica. Esta iniciativa, concebida como un auténtico “viaje en el tiempo”, ofrece una ventana única para explorar cómo eran regiones enteras antes de la intervención humana moderna, revelando así transformaciones profundas en el entorno que, de otro modo, quedarían relegadas al olvido.
El proyecto parte de la premisa de que los paisajes no son estáticos, sino que están en constante cambio debido a factores naturales y, sobre todo, a la acción humana. A lo largo de los siglos, la expansión urbana, la agricultura intensiva, la construcción de infraestructuras y la industrialización han alterado de manera radical el aspecto de vastas áreas. Muchas veces, esos cambios han borrado para siempre ecosistemas enteros, cursos de agua, bosques y hasta pequeñas aldeas, dificultando la comprensión de cómo era el mundo antes de nuestro tiempo.
Mapas históricos con IA
Para reconstruir estos escenarios perdidos, el equipo de la Universidad de Graz recurre a mapas históricos, documentos cartográficos que, aunque a menudo imprecisos desde el punto de vista técnico, contienen una valiosa información sobre la configuración del territorio en épocas pasadas.
Sin embargo, el verdadero salto cualitativo lo aporta la inteligencia artificial: mediante algoritmos avanzados, es posible analizar grandes volúmenes de datos cartográficos, corregir distorsiones, rellenar lagunas y, finalmente, generar visualizaciones tridimensionales y dinámicas de paisajes desaparecidos.
El resultado es una experiencia inmersiva que va mucho más allá de la mera contemplación de mapas antiguos. Los usuarios pueden “viajar” virtualmente a través del tiempo y el espacio, observando cómo un valle, un río o una llanura han evolucionado a lo largo de los siglos.
Nuevo nivel
Esta herramienta no solo fascina a historiadores y geógrafos, sino que también tiene implicaciones directas para la educación, la gestión medioambiental y la planificación territorial. Comprender el pasado del paisaje puede ayudar a tomar decisiones más informadas sobre su futuro, identificando, por ejemplo, áreas especialmente vulnerables a inundaciones, antiguas rutas de migración animal o zonas donde la biodiversidad era especialmente rica antes de la intervención humana.
La iniciativa de la Universidad de Graz se inscribe en una tendencia internacional que busca aprovechar las tecnologías digitales para democratizar el acceso al conocimiento histórico y geográfico. Proyectos similares, como los desarrollados en Suiza con el portal Swisstopo, permiten comparar directamente mapas y fotografías aéreas de distintas épocas, facilitando la comprensión de los procesos de cambio en el territorio. Sin embargo, la integración de IA en el proyecto de Graz eleva la propuesta a un nuevo nivel, permitiendo no solo visualizar, sino también analizar y predecir patrones de transformación paisajística.
La huella de Felipe II
Un aspecto especialmente interesante que destaca de este proyecto es la transformación de paisajes en Europa Central a partir de la época de Felipe II. Durante el reinado de este monarca español, se impulsaron políticas de drenaje y desecación de humedales para ganar tierras cultivables, una práctica que se extendió rápidamente por el continente. A partir de las acciones promovidas por Felipe II en los Países Bajos, se replicaron en otras regiones europeas técnicas de ingeniería hidráulica que permitieron transformar grandes extensiones de marismas y lagunas en campos agrícolas. Este proceso, que en su momento fue considerado un avance técnico y económico, tuvo un profundo impacto ecológico: desaparecieron hábitats naturales, se alteraron ciclos hidrológicos y se perdió biodiversidad.
La reconstrucción digital de estos paisajes permite visualizar, por ejemplo, cómo eran las llanuras aluviales antes de ser drenadas y convertidas en tierras de cultivo. Gracias a la IA y la cartografía histórica, es posible identificar antiguos cursos de ríos, lagunas y zonas húmedas que hoy han desaparecido del mapa, pero que en su momento desempeñaron un papel crucial en el equilibrio ecológico de la región.
Esta mirada al pasado no solo tiene un valor histórico, sino que también ofrece información relevante para la gestión ambiental actual, ya que muchas de las zonas desecadas en el pasado son hoy especialmente vulnerables a inundaciones o a la pérdida de biodiversidad.