Uzbekistán moderniza tanques T-64 para campos de batalla con drones

Uzbekistán presentó un T-64 modernizado con blindaje cerámico y motor surcoreano, diseñado para contrarrestar amenazas de drones en conflictos modernos.

Modernización del T-64 en Uzbekistán para entornos de drones

Uzbekistán exhibió su tanque de batalla principal T-64 modernizado en la exposición Victory Park en Tashkent del 29 de mayo al 1 de junio de 2025. Este evento marcó la primera aparición pública del programa de actualización liderado por Semey Engineering, que transforma un diseño soviético de 60 años en una plataforma adaptada a las demandas de los campos de batalla contemporáneos, particularmente contra amenazas de drones. La modernización aborda vulnerabilidades expuestas en conflictos recientes, como el de Ucrania, donde los drones han cambiado las tácticas de combate blindado.

El T-64 modernizado incorpora un rediseño significativo de la torreta y el casco, ahora cubiertos con paneles protectores que incluyen elementos cerámicos. Estos reemplazan los bloques de blindaje reactivo explosivo (ERA) de la era soviética, eliminados para mejorar la protección contra ataques aéreos y drones. La torreta, con un perfil simplificado, se extiende en la parte trasera para alojar posibles sistemas electrónicos o auxiliares. Los sistemas ópticos originales fueron reemplazados por nuevos dispositivos, probablemente con capacidades de visión nocturna, alineando el tanque con estándares modernos. El armamento principal sigue siendo el cañón 2A46 de 125 mm, acompañado por una ametralladora PKT de 7,62 mm, aunque se eliminó la ametralladora pesada NSVT heredada.

El tanque está propulsado por un motor diésel Doosan DP222LC de Corea del Sur, que entrega 950 caballos de fuerza, reemplazando el obsoleto motor 5TDF. Este cambio mejora la movilidad, permitiendo una velocidad máxima de 65 km/h y un alcance operativo de 500 km con una transmisión automática. Nuevos faros y sistemas de conducción nocturna refuerzan la capacidad del tanque para operar en diversas condiciones. Estas modificaciones reflejan un enfoque en la supervivencia y la adaptabilidad en entornos de combate dominados por sistemas no tripulados.

Uzbekistán heredó una cantidad significativa de tanques T-64B entre 1989 y 1990, tras la retirada de las fuerzas soviéticas de Alemania Oriental. Durante décadas, estos vehículos permanecieron almacenados o sin modificaciones relevantes. El programa de modernización, ejecutado por Semey Engineering y posiblemente la Planta de Reparación de Vehículos Blindados de Chirchik, representa un esfuerzo por revitalizar estas plataformas. El diseño uzbeko comparte similitudes con el T-64MV ucraniano, pero adopta una estética más futurista y una mayor integración de sistemas electrónicos, según imágenes del ministerio de Defensa de Uzbekistán.

Datos clave sobre la modernización del T-64 uzbeko

  • Blindaje: Paneles cerámicos y cubiertas protectoras en torreta y casco, diseñados para contrarrestar ataques de drones.
  • Motor: Doosan DP222LC de 950 hp, reemplaza el motor 5TDF soviético.
  • Movilidad: Velocidad máxima de 65 km/h, alcance de 500 km, transmisión automática.
  • Armamento: Cañón 2A46 de 125 mm, ametralladora PKT de 7,62 mm, sin NSVT.
  • Electrónica: Nuevos sistemas ópticos y posibles ayudas de conducción nocturna.
  • Exposición: Presentado en Victory Park, Tashkent, del 29 de mayo al 1 de junio de 2025.

Comparación con modernizaciones regionales y tendencias globales

La modernización uzbeka del T-64 se distingue de otros programas regionales, como las actualizaciones iraníes de los tanques T-55 y T-72, conocidas como Safir-74 y T-72Z. Estos proyectos priorizan blindaje reactivo y ópticas convencionales, con un enfoque limitado en amenazas de drones. En contraste, el diseño uzbeko incorpora una protección más integral con paneles cerámicos y un enfoque en ataques desde ángulos superiores, comunes en el uso de drones. Este enfoque alinea al T-64 uzbeko con tendencias observadas en el Leopard 2A8 de la OTAN y adaptaciones ucranianas, que también priorizan la supervivencia contra sistemas no tripulados.

La ausencia de óptica externa expuesta y la eliminación de ERA en el T-64 uzbeko sugieren un diseño optimizado para entornos donde los drones de reconocimiento y ataque son predominantes. A diferencia del Karrar iraní, que utiliza blindaje improvisado y formas hexagonales, el tanque uzbeko adopta una estructura más estilizada y modular. Esta configuración mejora la protección y también permite futuras actualizaciones electrónicas, según expertos en foros especializados. La modernización refleja lecciones aprendidas de conflictos recientes, particularmente en Ucrania, donde los tanques heredados han enfrentado pérdidas significativas por ataques aéreos de drones.

El programa uzbeko también destaca por su integración de un motor Doosan DP222LC, una elección que mejora la fiabilidad y el rendimiento en comparación con los motores soviéticos originales. Esta decisión contrasta con otras modernizaciones postsoviéticas, que a menudo retienen motores más antiguos debido a restricciones logísticas o presupuestarias. La adopción de tecnología surcoreana posiciona a Uzbekistán como un actor capaz de integrar componentes avanzados de socios internacionales, un paso significativo para su industria de defensa.

La modernización del T-64 extiende la vida útil de las plataformas heredadas y también responde a la necesidad de mantener relevancia operativa en un contexto de limitaciones presupuestarias. Uzbekistán opera más de cien tanques T-64, y este programa podría servir como modelo para otros estados postsoviéticos, como Kazajistán o Moldavia, que enfrentan desafíos similares con flotas de tanques envejecidas. La capacidad de adaptar estos vehículos a amenazas modernas podría generar interés en mercados de exportación, especialmente en regiones donde los sistemas no tripulados están redefiniendo la guerra blindada.

Impacto estratégico y contexto regional

El T-64 no tuvo la misma difusión global que los tanques T-55 o T-72, pero sigue en servicio en países como UcraniaRusia, y algunos estados postsoviéticos. La modernización uzbeka podría inspirar a estas naciones a actualizar sus propias flotas, especialmente en un contexto donde los recursos financieros limitan la adquisición de nuevos vehículos blindados. La capacidad del T-64 modernizado para operar en entornos con alta presencia de drones lo posiciona como una solución viable para conflictos asimétricos, donde las amenazas aéreas y electrónicas son predominantes.

La industria de defensa de Uzbekistán demuestra con este programa su capacidad para modernizar plataformas heredadas y adaptarse a las demandas del combate moderno. La colaboración con socios como Corea del Sur para el suministro del motor Doosan sugiere una estrategia de integración tecnológica que podría expandirse a otros sistemas de defensa. Además, el enfoque en la protección contra drones responde directamente a las lecciones de conflictos recientes, donde los tanques han sido vulnerables a ataques aéreos de bajo costo.

El programa también refleja una tendencia global hacia la revitalización de plataformas antiguas en lugar de reemplazarlas, un enfoque práctico para naciones con presupuestos limitados. La modernización del T-64 permite a Uzbekistán mantener una fuerza blindada creíble sin los costos asociados con la adquisición de tanques nuevos. Este modelo podría atraer interés de países con inventarios similares, especialmente en un contexto donde los drones y los sistemas electrónicos están transformando las tácticas de combate.

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