Leire Díez se dio de baja en el PSOE tras recibirla en persona Santos Cerdán en Ferraz, tal y como ella había exigido

Hace una semana, nadie en Ferraz conocía a Leire Díez. Era básicamente una outsider, «una teniente de alcalde de un pueblo perdido de Cantabria», la definía un alto cargo del partido.

Este martes, en cambio, parecía mucho más importante: Díez exigió que Santos Cerdán se reuniese con ella personalmente para comunicarle su baja voluntaria del PSOE… y así lo hizo el número tres del partido.

Resulta difícil creer que Díez, que en teoría actuaba en su nombre, haya recibido el mismo trato que hubiera obtenido cualquier militante de base que plantease una exigencia similar.

La llamada fontanera del PSOE y el propio partido llegaron este martes a un pacto de no agresión mutuo: ninguno de los dos ha hablado mal del otro (todavía) y los caminos se separan para que un cortafuegos evite un mayor daño reputacional a los socialistas.

Desde la semana pasada han estado saliendo grabaciones en las que Díez aparece ofreciendo tratos a empresarios y abogados.

Dichos tratos sólo podría ofrecerlos en nombre del PSOE y del Gobierno, aunque no les citaba directamente, y serían a cambio de recabar información contra mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

Ello serviría para desacreditar las investigaciones que afectan al entorno de Pedro Sánchez, así como su Ejecutivo y su partido.

A pesar de estas actuaciones, el PSOE ha demostrado una tibieza notable, sobre todo si hay que creer la versión de que la Díez usó el nombre del Gobierno y del partido sin su permiso.

El pasado miércoles, a media mañana, fuentes del partido reconocían que no tenían intención de llevar a cabo ningún tipo de actuación. Sólo horas después ya se informó de que se le abría un expediente informativo.

El objetivo del expediente informativo era el de recabar información sobre sus actuaciones como paso previo a una supuesta sanción. Aunque, en realidad, Ferraz sólo ha abonado la teoría de que debería ser sancionada en las últimas horas.

La Ejecutiva, eximida

En el marco del proceso, Leire Díez acudió este martes a la sede del partido en Ferraz para dar explicaciones sobre sus declaraciones. Llegó en torno a las 16.30 horas, con un bolso de grandes dimensiones lleno de documentación, y se fue poco más de dos horas después.

En ese tiempo, Díez despachó su situación con el jefe del gabinete jurídico de Ferraz, comunicó su decisión de darse de baja voluntaria del partido y exigió verse con Santos Cerdán, a lo que el secretario de Organización accedió.

Minutos después de su salida de la sede, el PSOE publicó un comunicado en el que explicaba que «al final de su declaración, Leire Díez Castro ha solicitado la baja voluntaria como afiliada del PSOE».

En cuanto la salida del partido sea efectiva, «cualquier medida de carácter orgánico respecto a ella quedará suspendida», ha informado el partido.

El proceso que habría seguido es que el informe jurídico habría sido elevado a la Ejecutiva, que tendría que decidir si iniciar un expediente sancionador o no. Esto significa que la dirección del partido se habría visto obligada a actuar contra ella, ya que habría sido inexplicable que no lo hiciera.

Con su baja, la Ejecutiva queda eximida de tener que tomar una decisión al respecto, además de que ya se puede desvincular por completo de su figura, y Díez gana que no tendrá que estar sujeta a los estatutos del PSOE y no será expulsada.

Intento de justificarse

Aunque a su llegada y marcha de Ferraz, Díez no ha querido hacer declaraciones, sí ha convocado a la prensa para este miércoles a las 10.00 en un hotel de Madrid.

Tampoco ha adelantado el contenido de lo que dirá, pero fuentes del PSOE comentan que lleva tiempo participando en grupos de WhatsApp en los que está justificando su actuación, echando balones fuera ante las acusaciones.

Esos grupos son de los que se crearon en la campaña de apoyo a Pedro Sánchez cuando se lanzó por segunda vez a por las primarias. Eso sí, en sus mensajes, Díez no está hablando mal del partido.

El no ser militante también facilita que Díez pueda expresarse libremente. Esto se debe a que los estatutos del PSOE consideran una falta sancionable hablar en contra del partido.

Hasta ahora, la conocida como fontanera del PSOE no ha dado explicaciones públicas sobre los hechos que la implican.

Rompió su silencio el pasado viernes con un mensaje en un chat de apenas medio centenar de militantes de su partido en Cantabria, en el que defendió su gestión, negó ser fontanera del partido y aseguró estar llevando a cabo una investigación periodística sobre un caso de fraude de hidrocarburos.

La militante achacó las informaciones publicadas en los últimos días a «cloacas mediáticas que son mucho más profundas de lo que parecen». «Pero la verdad es solo una y saldrá. De hecho, ya está saliendo», subrayó.

En cualquier caso, se desvinculó de cualquier relación con Ferraz y admitió que está investigando «cuestiones que tienen que ver con el mal funcionamiento en algunos casos de algunas instituciones», pero que en ningún caso tienen que ver con un «menoscabo de la UCO ni nada parecido».

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