Quedaban 2.5 segundos para el final del partido. Y el Barça perdía 85-83, pero Justin Anderson disponía de tres tiros libres. Anotó, y con una lección de sangre fría y serenidad, los dos primeros. Aunque falló el tercero, escupido de forma burlona por el aro, donde rebotó en un par de ocasiones, y el partido (85-85) se fue a la prórroga. Anderson, que llevaba cuatro de cuatro en tiros libres, se quedó en seis de siete, dando vida a un Unicaja que estaba ya más que condenado.
En el tiempo adicional, Anderson se levantó con un monumental triple, continuado luego por un majestuoso Parker, que estuvo serenamente lúcido, al igual que Punter. Entre los dos liquidaron al Unicaja en esos minutos decisivos que fueron, en realidad, un ejercicio de carácter y puntería para resistir después de cuatro cuartos y una prórroga con un triunfo agónico (97-101).
Y eso que el partido había empezado de maravilla para el Barça, pero terminó zarandeado al término del primer cuarto. Tras un inicio espectacular (0-8 en el primer minuto y medio) gracias a la anotación fiable de Parker y Fall, el conjunto de Peñarroya se desplomó de tal manera que no encontraba la puerta de salida al laberinto en en que se había metido en Málaga. Hallada, todo hay que decirlo, justo a tiempo. En la prórroga.
El Unicaja sorteó ese terrible inicio y pasó de ese desalentador guarismo (se aumentó hasta el 2-11) hacia una noche para la esperanza. Terminó el equipo andaluz sonriendo en el primer cuarto porque lo acabó con un contundente 21-16. O lo que es lo mismo resurgió con un ejercicio de puntería porque el Barça ya no anotaba ni de tiros libres. El parcial del Unicaja -un inapelable 19-5- indicaba su fortaleza.
La preocupación de Peñarroya
Tanto mental -no se dejaron ir en ningún momento- como de baloncesto, completando una remontada soberbia. Ni Joan Peñarroya, con sus tiempos muertos, lograba frenarlos. Ni en el primer cuarto. Ni tampoco en el segundo.
Y eso que el Barça pareció desandar el camino andado y llegó a colocarse solo tres puntos por debajo (36-33) cuando se estaba rozando el descanso. Pero el conjunto malagueño siguió asombrando con jugadas como las de Killian Tillie, que anotó un excelso triple unido a un tiro adicional. Sí, hay canastas de cuatro puntos.
Y el marcador dejaba una brecha abierta de hasta 11 puntos (46-35) porque el Barça lo depositaba todo en las manos de Brizuela, con Punter ,con tres faltas personales en 11 minutos, y Parker coincidiendo sentados en el banquillo.
Espesura en el tiro exterior azulgrana
Llegado el descanso, y con una desventaja de nueve puntos (46-37), Peñarroya se marchaba con rostro de seria preocupación al vestuario. No había encontrado el hilo del partido que tan bien había comenzado. De ahí, la inquietud, y con toda la razón del mundo, del técnico azulgrana, por mucho que hubiera detenido la tremenda hemorragia sufrida en el primer cuarto.
El Barça estaba espeso en el lanzamiento exterior. En los primeros 20 minutos solo anotó tres triples de 13 intentos, un pobre 13%, lejos de 40% que exhibía el Unicaja. Pero ocurrió que se reconectó al partido en el tercer cuarto justo cuando el equipo andaluz creía tenerlo bajo control.
De pronto, el Barcelona arrancó con un parcial de 5-10 que le permitió ir reduciendo el problema, obligando a Ibon Navarro, el técnico del conjunto malagueño, a pedir un tiempo muerto en el que reordenaba las ideas. Pero ni así porque el Barça ajustó su defensa, tuvo calma para construir sus ataques y acercarse, ahora sí, al Unicaja con un intimidante 60-59 al filo del tercer cuarto consumada la reacción en el último suspiro (60-62) colocándose por delante después de estar hasta 11 puntos por debajo.
Willy resurgió; Willy se desplomó
Entraba, por lo tanto, el equipo de Peñarroya en el cuarto, último y decisivo cuarto, con ventaja. Y todo por ese aplastante parcial de 1-11, que premiaba el sosiego azulgrana. Todo lo sucedido antes careció de valor en los últimos 10 minutos donde ambos equipos intercambiaban canastas en un final lleno de vértigo en el que emergió la figura de Willy Hernangómez, capital en ataque y exhibiendo carácter y fiereza defensiva. Impulsado por ese tercer, y exitoso capítulo, el Barça llevó el silencio al ruidoso Martín Carpena, el hogar del Unicaja.
Estaba despistado e impreciso el equipo andaluz porque, además, había despertado Punter tras una noche errática, pero nada quedaba resuelto ya que en el minuto 35 todo estaba como al principio. O sea, empatado. Del 0-0 inicial al 73-73, frontera que abría los cinco agónicos minutos finales ya que Willy perdió su encanto en ataque. Falló un tiro libre, luego dos lanzamientos más y, de repente, Unicaja, con un furioso parcial de 7-1, entraba en el territorio deseado.
El ‘factor Perry’
Era el caos para el Barça, sometido por ese 80-74, que demandaba la intervención urgente de Peñarroya porque tanto fallo de Willy lastró la autoestima. Y el marcador. El parcial de 13-1 era demoledor. Por el momento en que se produjo -el último cuarto- y por el poco tiempo que necesitó Unicaja -apenas cuatro minutos para darle la vuelta a la noche que pintaba catastrófica tras el 67-73- para llevar el entusiasmo a sus miles de aficionados. Perry estaba iluminado. Tanto en el tiro como en las asistencias. Y los azulgranas no encontraban el interruptor para apagar al base estadounidense, con pasaporte montenegrino.
Aún así, con esos tres tiros libres de Anderson (anotó dos, falló el tercero y decisivo), el Barça tuvo el partido en su mano. En la prórroga estuvo más fiable el equipo de Peñarroya en defensa, con mucho más oficio, aunque todo quedaba monopolizado por la igualdad. Y apareció Punter penetrando a canasta con belleza y precisión. Fue la jugada de dos más uno que dio oxígeno al Barça. Estuvo perfecto en el tiro libre, con 12 de 12 (100%).
La ficha del Unicaja-Barça (97-101)
Unicaja (97 ): Carter (13 ), K. Taylor (10), Osetkowski (5), A. Díaz (6), Y. Sima (4) -quinteto titular-, Dedovic (8), T. Pérez (12), Kravish (11), Kalinoski (3), Tillie (8), Ejim (5), Perry (12).
Barça (101): Satoransky (0), K. Punter (21), J. Parker (20), J. Anderson (16). Y. Fall (11) -quinteto titular-, Joel Parra (9), Willy Hernangómez (9), Abrines (3), Brizuela (12).
Parciales: 21-16; 25-21; 14-25; 25-23; 12-16