España palpita a ritmo de teleseries infectas, que todo el mundo comenta pero nadie ve por fortuna para la salud del país. Los lanzamientos literarios ni siquiera alcanzan este grado de promoción, de ahí que la economía marche viento en popa sin contaminación literaria. En virtud de algún subproducto videográfico que no procede ni citar, ahora toca parlotear en modo epidérmico sobre el «La, la, la» de 1968. Por fortuna para el rejuvenecimiento nacional, la mayoría de análisis de la canción surgen de personas que no estuvieron allí. Excepcionalmente, es más interesante el recuerdo de quienes experimentamos aquella conmoción eurovisiva a una edad incipiente.
No había cumplido mis primeros diez años cuando Massiel ganó Eurovisión con el «La, la, la», en el Royal Albert Hall londinense. Durante el franquismo contado a los niños nunca pasaba nada, y la canción no solo inauguró un erotismo televisivo, sino que aportó los primeros síntomas agrietados de que la dictadura era menos inamovible de lo que su propaganda animaba a pensar. No nos impresionó tanto la victoria internacional de la Corea del Norte europea como el trajín previo entre Serrat y Massiel, entre castellano y catalán. Un cantante no iba a representar a España en Eurovisión porque quería cantar el «La, la, la» en catalán. Era peor que inadmisible, era incomprensible.
Aquella fue la primera noticia política de nuestras vidas, y ninguna revisión contemporánea puede igualar el descubrimiento de que los tiranos no son los papás. En nuestras reducidas coordenadas, aquel cisma no debía ni producirse, por lo que tampoco iba a resolverse condenando al ostracismo al cantante catalán. No estábamos en condiciones de entender un planteamiento ideológico, no había Mafaldas, era simplemente un desafío sin precedentes a la autoridad paternalista. La reproducción de los hechos puede ser hoy minuciosa, pero sin igualar aquella sensación in vivo de que el franquismo, que ni siquiera se llamaba así, había generado la primera duda. Por culpa de una excelente canción, aunque ganara Eurovisión.
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