«La, la, la», los tiranos no son los papás

España palpita a ritmo de teleseries infectas, que todo el mundo comenta pero nadie ve por fortuna para la salud del país. Los lanzamientos literarios ni siquiera alcanzan este grado de promoción, de ahí que la economía marche viento en popa sin contaminación literaria. En virtud de algún subproducto videográfico que no procede ni citar, ahora toca parlotear en modo epidérmico sobre el «La, la, la» de 1968. Por fortuna para el rejuvenecimiento nacional, la mayoría de análisis de la canción surgen de personas que no estuvieron allí. Excepcionalmente, es más interesante el recuerdo de quienes experimentamos aquella conmoción eurovisiva a una edad incipiente.

Fuente