El que fuera sacerdote del barrio compostelano de San Lázaro y fundador de la Casa do Neno, Ricardo Antelo Santiago, falleció a los 92 años de edad, tras una vida en la que dejó una huella imborrable en la capital de Galicia.
Su figura en Santiago siempre será recordada por ser el promotor y fundador, con un grupo de vecinos, de la Casa do Neno, un centro destinado a atender a los más pequeños, especialmente sin recursos, a nivel educativo y social que abrió sus puertas en el año 1964 y que hoy sigue convertido en un colegio concertado de Infantil y Primaria, ligado al Arzobispado.
Ricardo Antelo era sacerdote en la parroquia compostelana cuando convenció a un grupo de vecinos para recaudar fondos e impulsar ese proyecto, un empeño nacido de dentro, de una infancia que lo marcó. «Yo soy de una familia pobre y de pequeño no pude asistir a ningún colegio de preescolar porque ni había centros públicos, ni mis padres podrían pagar los privados», explicaba a El Correo Gallego años atrás.
La escuela infantil Casa do Neno nació así en los años 60 al amparo de la Archidiócesis en un edificio del barrio de San Lázaro, en la calle Canteira de Arriba. Hoy, seis décadas después, sigue en pie en el mismo lugar, totalmente renovado y modernizado, al tiempo que expandió su labor educativa con un segundo edificio para Primaria ubicado en el Seminario Menor de Belvís desde 2016, con la ayuda del entonces arzobispo Julián Barrio.
Cientos de niños de Santiago le deben a Ricardo Antelo sus primeros años de educación, de ahí que su fallecimiento haya causado enorme tristeza en la comunidad educativa del centro y en el barrio de San Lázaro, donde era muy querido.
Enamorado de Corrubedo y solidario hasta el final
Nacido en Santiago, ciudad que llevaba incluso en el apellido, Ricardo Antelo sintió pronto la llamada religiosa e ingresó en el seminario para ser sacerdote. Ejerció en San Lázaro, pero no durante toda la vida, ya que después optó por formar una familia al casarse con Mari Luz Muñiz Fernández, con la que tuvo tres hijos: María, Santiago y Fátima. Ricardo Antelo se trasladó entonces a Vigo, aunque sus veranos y su tiempo libre siempre tuvieron como epicentro Corrubedo, en Ribeira. Allí había conocido a su pareja y allí residió desde su jubilación.
Además, la vena solidaria y el ímpetu por ayudar a los demás estuvo presente en Antelo hasta el final de sus días. En la parroquia ribeirense puso en marcha nuevos proyectos solidarios en el ámbito educativo, como las Aulas Ledicia, con clases para los pequeños que acabarían extendiéndose a otras zonas de Ribeira.
Esquela de Ricardo Antelo Santiago. / ECG
Funeral hoy en Ribeira
La capilla ardiente de Ricardo Antelo Santiago está instalada en el Tanatorio do Barbanza-Xarás de Ribeira, desde donde se trasladará a las 16.00 horas de hoy miércoles a la iglesia parroquial de Santa María de Corrubedo. Allí está prevista la celebración de un funeral de cuerpo presente. Posteriormente, será enterrado en el cementerio.