Tenía que hacerse y se hizo. No ha sido fácil, ni mucho menos, volver a la categoría perdida. Pero el Fibwi Palma lo ha conseguido tras mucho sufrimiento, en una temporada esculpida en piedra, porque ha habido que picar piedra para conseguir el ansiado ascenso a Primera FEB, la antigua LEB Oro, la categoría perdida hace tres años.
El Imprenta Bahía San Agustín tenía como objetivo claro el ascenso desde que perdiera la categoría, la LEB Oro, la que la había permitido ser la representación balear más alta en el baloncesto balear durante ocho temporadas consecutivas.
En una temporada con vaivenes, con momentos de crisis, con un equipo irregular que era capaz de combinar en un mismo partido momentos vibrantes con ausencias inexplicables, el equipo dirigido por el uruguayo Pablo Cano se ido haciendo fuerte. Han llegado piezas que han mejorado el modelo original, como Cunningham pero sobre todo como el argentino cedido por Estudiantes Giovannetti. También tuvo que ocurrir que mejoraran su versión algunos jugadores exteriores como Franci Miller y Brian Vázquez. Clave este último en todos los momentos importantes de la temporada porque el puertorriqueño ha sido ese jugador que se viene arriba en los momentos en los que la muñeca puede temblar.
No faltó a su cita con la batalla final Brian Vázquez Arriaza, aunque de explosión tardía el escolta aparecía en el partido con sus triples y su carácter competitivo para acabar de soldar un triunfo que en el tercer parcial apuntaba que podía complicarse. Sin embargo, el Fibwi Palma ha demostrado ser un punto mejor que su bravo rival, el histórico Huesca.
En un Palau de Son Moix entregado con no sólo 3.500 aficionados, entre ellos una pequeña grada entusiasta de los visitantes, sino por cómo vibraba el palacio con cada canasta o con un tapón espectacular de Patrick Santos Spencer.
Sin embargo, hasta llegar a buen puerto tuvo que haber alguien que remara en un equipo aplicado en defensa, y éste fue el ala-pívot Aramburu, un jugador que ha sido cumplidor pero que ha sido en este último acto cuando emergía como jugador determinante. Aramburu hizo su mejor partido el día de la verdad, lideró al equipo en los dos aros, reboteó, robó para salir al contraataque, metió un triple, se dejó una ceja que le hizo sangrar y ponerse una cinta que acabó siendo icónica, para siempre quedará la cinta del ascenso, podrían subastarla incluso. El vasco acabó con 30 de valoración.
El Bahía regresa a donde le corresponde y lo hace por el camino largo tras finalizar tercero la liga regular, un ascenso que ha costado mucho y que casi coincide con el cumpleaños de su presidente, Guillem Boscana. Lo hace semanas después del ascenso de su nuevo vecino, el Palmer Basket Mallorca, por lo que seguirá el derbi de Palma, ahora en Primera FEB.