El BCE tiene «numerosas razones» para seguir recortando: otra decisión sería una «verdadera sorpresa»

Es un hecho que el Banco Central Europeo (BCE) volverá a bajar los tipos de interés en su próxima reunión del 5 de junio, dejándolos en el 2%. Los analistas creen que existen «numerosas razones» para que el organismo continúe recortando. De hecho, aseguran que «cualquier decisión que no sea un recorte de tipos sería una verdadera sorpresa». Además, el mercado estará atento a la rueda de prensa por las pistas que pueda ofrecer su presidenta, Christine Lagarde, sobre la dirección del viaje futuro.

«La aparente ausencia de un debate controvertido solo puede deberse a que otro recorte de tipos de 25 puntos básicos es un hecho. Sin embargo, el debate podría ser más intenso de lo que creen los participantes del mercado. De hecho, si bien existen numerosas razones para que el BCE siga recortando los tipos, los ‘halcones’ del banco central sin duda encontrarán argumentos para frenar».

Así lo apuntan los expertos de ING, que creen que «cuando los chismes y otros temas europeos más amplios reciben más atención que la próxima decisión sobre los tipos de interés, el BCE debe estar en el buen camino para cumplir con su mandato de estabilidad de precios«.

Entre los argumentos a favor de un recorte de los tipos de interés, como explican, se encuentra que las presiones inflacionarias en la eurozona están cediendo más rápido de lo previsto.

«El presidente estadounidense, Donald Trump, no solo reactivó la economía europea -durante un trimestre, gracias a que la concentración anticipada de las exportaciones y la producción industrial impulsó la actividad económica-, sino que también hizo que la inflación prácticamente desapareciera. El fortalecimiento del tipo de cambio del euro y la caída de los precios del petróleo como resultado de la errática política económica estadounidense han incrementado las presiones desinflacionarias en la eurozona», dicen.

Al mismo tiempo, «el impacto desinflacionario de la reciente saga arancelaria ha aumentado el riesgo de una inflación inferior a la esperada, lo que allana el camino para otra rebaja de tipos la próxima semana», afirman.

Aquí, cabe recordar que, según los últimos datos publicados, la inflación de la zona euro se situó en el 2,2% en abril, estable respecto a marzo, mientras que la tasa subyacente, es decir, excluyendo los precios de la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, subió al 2,7%, desde el 2,4% de marzo.

Además, en el primer trimestre, la economía de la zona euro creció una décima menos de lo previsto anteriormente. De enero a marzo, el Producto Interior Bruto (PIB) avanzó un 0,3%. No obstante, el dato ahora publicado supone que la eurozona registró un crecimiento económico superior al del cuarto trimestre de 2024, que fue del 0,2%.

¿DARÁ PISTAS LAGARDE SOBRE DECISIONES FUTURAS?

De cara a la rueda de prensa posterior al encuentro del BCE del 5 de junio, los analistas se decantan más por la importancia de las decisiones futuras.

«La conferencia de prensa del jueves podría ser más interesante que la que hemos visto últimamente» ante «las pistas sobre lo que podría suceder a continuación», comentan en ING, que consideran que, a menos que las tensiones comerciales regresen con fuerza, «el BCE preferirá mantener una actitud expectante durante el verano».

«Llevará un poco más de tiempo comprender si los riesgos desinflacionarios actuales son solo puntuales o si indican una tendencia más amplia. Al mismo tiempo, cuanto más resiliente sea la economía de la eurozona, más preocupado estará el BCE por el posible impacto inflacionario del estímulo fiscal alemán a partir de 2026. Por lo tanto, tenemos mucha curiosidad por saber más sobre la famosa estrategia, tanto del BCE como de Lagarde«, señalan.

Mientras, Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, espera que Lagarde haga «hincapié en la necesidad de ser ágiles y estar preparados ante posibles cambios en la política comercial en las próximas semanas». Pero también prevé «que se reconozca algo más que en abril que la puerta está abierta para mover los tipos por debajo del 2%«.

Sin embargo, reconoce que «una señal muy explícita es poco probable. La incertidumbre sobre la configuración de los aranceles dentro de unas semanas y las posibles represalias de la UE les da suficiente cobertura para no comprometerse a más, al menos de momento».

Para Ulrike Kastens, economista senior de DWS, el margen para nuevos recortes de tipos «se está volviendo más limitado»., por lo tanto, «después de junio, esperamos solo un recorte adicional en julio, hasta el 1,75%». Finalmente, Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, anticipa que deberíamos ver al menos una bajada adicional a esta de junio, antes de final de año, lo que situaría la facilidad de depósito a cierre de 2025 en el 1,75%.

«No obstante, dicha bajada no sería inmediata y lo más probable es que de cara a la reunión de julio veamos una pausa, para retomar la senda de bajadas en septiembre con esos 25 puntos básicos adicionales. Con todo, no esperamos un compromiso claro del BCE en ese sentido, como suele ser habitual insistirá en su compromiso de ir reunión a reunión en función de los datos que vayamos conociendo», concluye.

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