Stanley Fischer, destacado economista que lideró el Banco de Israel durante ocho años y ocupó el cargo de vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos por tres años, murió a los 81 años, según reportes de medios israelíes.
En Estados Unidos, donde residía, Fischer murió acompañado de su familia tras enfrentar una enfermedad en los últimos años.
Como gobernador del Banco de Israel entre 2005 y 2013, Fischer guió al país con éxito durante la crisis financiera global de 2008. Sus políticas le valieron numerosos reconocimientos, y en 2010, el Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión distinguió al Banco de Israel como el mejor banco central por su eficiencia operativa.
Con ciudadanía estadounidense e israelí, Fischer ejerció como vicepresidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal de 2014 a 2017. Previamente, ocupó roles clave como economista jefe del Banco Mundial y subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional.
En 2023, el Financial Times lo describió como “el coloso de bolsillo de la banca central moderna” y “la persona más silenciosamente influyente en la economía mundial de las últimas décadas”.
Entre 2020 y 2021, integró la junta directiva del Banco Hapoalim Ltd. en Israel durante ocho meses, pero renunció para dedicar más tiempo a su familia en Estados Unidos.
Fischer impartió clases en el MIT y fue miembro distinguido del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York.
Nacido en 1943 en una familia judía en Rodesia del Norte (hoy Zambia), Fischer creció en Rodesia del Sur (hoy Zimbabue), donde participó en el movimiento juvenil sionista Habonim. En 1960, visitó Israel como parte de un programa para líderes juveniles.
Estudió en la London School of Economics y en el MIT, se estableció en Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1976. Más tarde, adquirió también la ciudadanía israelí.
Estuvo casado con Rhoda Fischer, fallecida en 2020, y deja tres hijos.