La misión de ataque nuclear podría volver a la RAF tras 27 años de ausencia

La RAF podría adquirir F-35A para misiones nucleares, integrándose al programa de intercambio nuclear de la OTAN, según informe de 2025.

Reino Unido planea reforzar disuasión nuclear con F-35A

El Reino Unido considera reintroducir misiones de ataque nuclear en la Real Fuerza Aérea (RAF) tras 27 años, según un informe publicado por The Sunday Times el 31 de mayo de 2025. La Revisión de Defensa, Estratégica (SDR) 2025, programada para el 2 de junio, detalla planes para adquirir la variante F-35A del avión de combate Lockheed Martin, capaz de portar la bomba nuclear B61-12 en el marco del programa de intercambio nuclear de la OTAN. Desde 1998, tras la retirada de las bombas nucleares de caída libre WE.177, la disuasión nuclear británica ha dependido exclusivamente de misiles balísticos Trident II D5 lanzados desde submarinos de la clase Vanguard. La posible incorporación del F-35A marca un cambio significativo en la postura de Defensa, del Reino Unido.

La bomba WE.177, operativa desde la década de 1960, fue retirada en 1998 tras la SDR de ese año, que eliminó las armas nucleares tácticas de la RAF sin reemplazo directo. Durante la Guerra Fría, el Reino Unido participó en acuerdos de intercambio nuclear con Estados Unidos, alojando misiles balísticos como el PGM-17 Thor y el MGM-52 Lance, además de bombas nucleares B28B43 y B57 para bombarderos y aviones de patrulla marítima de la RAF. Sin embargo, nunca operó la B61, que ahora es el arma nuclear estándar de la OTAN, integrada en plataformas como el F-35A por aliados como Países BajosBélgica y Alemania.

El F-35A, a diferencia de las variantes F-35B y F-35C, está certificado para desplegar la B61-12, una bomba de gravedad modernizada con capacidades de precisión mejoradas. La RAF opera actualmente 47 aviones F-35B, diseñados para despegues cortos y aterrizajes verticales, principalmente desde los portaaviones de la clase Queen Elizabeth. Sin embargo, el F-35B no está autorizado para misiones nucleares, lo que limita la capacidad de la RAF para contribuir a la disuasión nuclear de la OTAN. La adquisición del F-35A permitiría al Reino Unido reintegrarse al programa de intercambio nuclear, fortaleciendo su rol en la alianza sin necesidad de desarrollar armas nucleares propias.

La base RAF Marham, en Norfolk, es el candidato principal para albergar las B61-12, ya que actualmente opera la flota de F-35B y cuenta con infraestructura adecuada. Durante la Guerra Fría, Marham estaba equipada con bóvedas del Sistema de Seguridad y Almacenamiento de Armas (WS3), diseñadas para almacenar armas nucleares en refugios de aire endurecidos (HAS). Estas bóvedas permitían cargar armas rápidamente en aviones sin exposición a vigilancia o ataques. Sin embargo, tras la retirada de las WE.177 en 1998, las bóvedas de Marham dejaron de usarse, y algunos informes sugieren que fueron desmanteladas o rellenadas. Restaurarlas implicaría una inversión significativa en modernización y seguridad.

Datos clave sobre la posible reintroducción nuclear de la RAF

  • La RAF retiró sus últimas bombas nucleares WE.177 en 1998, tras la SDR.
  • El F-35A es la única variante del F-35 certificada para la bomba B61-12 de la OTAN.
  • RAF Marham albergó bóvedas WS3 para armas nucleares hasta 1998.
  • El Reino Unido opera 47 aviones F-35B, insuficientes para misiones nucleares.
  • La B61-12 tiene un rendimiento explosivo ajustable de 0.3 a 50 kilotones.

Desafíos logísticos y financieros de la adquisición del F-35A

La compra de aviones F-35A plantea interrogantes sobre su impacto en los planes existentes para el F-35B. El Reino Unido ha encargado 48 unidades del F-35B, pero la pérdida de un avión en 2021 redujo la flota a 47. Este número es insuficiente para sostener operaciones sostenidas desde los portaaviones HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Wales, especialmente si se priorizan misiones nucleares terrestres. Sustituir pedidos pendientes de F-35B por F-35A afectaría la capacidad de proyección de la Royal Navy, que ha invertido dos décadas en desarrollar su fuerza de portaaviones. Alternativamente, adquirir F-35A adicionales incrementaría la presión financiera, especialmente con el compromiso del Reino Unido en el programa GCAP (Tempest), un avión de combate de sexta generación previsto para 2035.

Otro desafío es la incompatibilidad del F-35A con los aviones cisterna A330 MRTT Voyager de la RAF. Estos aviones utilizan un sistema de manguera y drogue, mientras que el F-35A requiere una pluma de reabastecimiento. Actualmente, aviones como el RC-135 Rivet JointC-17 Globemaster III y P-8A Poseidon de la RAF no pueden repostar desde los Voyager, y el futuro E-7A Wedgetail enfrentará el mismo problema. Adaptar los Voyager con plumas de reabastecimiento requeriría una inversión adicional, aunque analistas han señalado esta necesidad desde hace años.

La base RAF Lakenheath, operada por Estados Unidos, también podría desempeñar un papel en el almacenamiento de B61-12. Las bóvedas WS3 de Lakenheath estuvieron vacías desde 2008, pero actividades recientes indican que las armas nucleares regresarán para uso por aviones F-15E Strike Eagle y F-35A de la Fuerza Aérea de EE. UU. Aunque Lakenheath podría apoyar misiones de la OTANMarham sigue siendo la opción preferida para una capacidad nuclear soberana de la RAF, centralizando la flota de F-35.

El interés en el F-35A responde a un contexto estratégico más amplio. La invasión rusa de Ucrania en 2022 ha reorientado la atención del Reino Unido hacia la seguridad en Europa, especialmente en áreas como el mar de Barents, la brecha GIUK y el Atlántico Norte. Los portaaviones de la clase Queen Elizabeth, diseñados para proyección global, podrían asumir roles más locales, similares a los de la clase Invincible durante la Guerra Fría, enfocados en guerra antisubmarina y antisuperficie. La SDR 2025 también incluye planes para una armada más grande, sistemas antimisiles y mayor vigilancia de infraestructura submarina crítica, reflejando una postura defensiva más robusta.

Contexto histórico y estratégico de la disuasión nuclear británica

Históricamente, el Reino Unido ha mantenido una disuasión nuclear desde 1952, cuando realizó su primera prueba nuclear. Durante la Guerra Fría, combinó capacidades terrestres, aéreas y marítimas, incluyendo misiles balísticos y bombas de caída libre. La transición a una disuasión basada únicamente en submarinos en 1998 fue un cambio significativo, ya que el Reino Unido se convirtió en la única potencia nuclear sin una tríada (aire, mar, tierra). La reintroducción de una capacidad aérea nuclear diversificaría su postura, alineándose con aliados como Estados Unidos y Francia, que mantienen múltiples plataformas de lanzamiento.

El programa de intercambio nuclear de la OTAN, iniciado en la década de 1950, permite a países no nucleares participar en misiones nucleares utilizando armas estadounidenses bajo estrictos controles. Alemania, por ejemplo, adquirió el F-35A para reemplazar al Tornado en su rol nuclear, asegurando su contribución a la OTAN. El Reino Unido, al unirse a este programa, podría desplegar B61-12 en escenarios de conflicto sin depender exclusivamente de los submarinos Vanguard, cuya operatividad está limitada a misiones estratégicas de largo alcance.

La SDR 2025 refleja un esfuerzo por adaptar las fuerzas británicas a un entorno global más volátil. La modernización de la disuasión nuclear, junto con inversiones en ciberdefensa, inteligencia artificial y drones, busca fortalecer la posición del Reino Unido frente a amenazas emergentes. Aunque la reintroducción de armas nucleares tácticas genera debate, el enfoque en el F-35A y la infraestructura asociada indica un compromiso con la seguridad colectiva de la OTAN y la defensa nacional.

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