El presupuesto 2026 del Pentágono prioriza la Fuerza Aérea sobre la Fuerza Espacial

La propuesta de Trump para 2026 aumenta el gasto de la Fuerza Aérea en 1,4%, pero recorta fondos de la Fuerza Espacial, según detalles del 30 de mayo.

Propuesta de Trump para 2026: más fondos para Fuerza Aérea, recortes en Fuerza Espacial

La administración Trump propuso un presupuesto para el año fiscal 2026 que asigna 260.800 millones de dólares al Departamento de la Fuerza Aérea, un incremento de 3.700 millones de dólares respecto a 2025, equivalente a un aumento del 1,4 por ciento. Este crecimiento es inferior a la tasa de inflación de 2024, que alcanzó el 2,9 por ciento, según la Oficina de Estadísticas Laborales. La propuesta, publicada el 30 de mayo por la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), incluye un esquema básico de 893.000 millones de dólares para gastos militares, pero omite detalles sobre el número de tropas o compras específicas de armamento.

El presupuesto de la Fuerza Aérea crecería a 234.400 millones de dólares, mientras que el de la Fuerza Espacial se reduciría a 26.400 millones de dólares. Este contraste refleja prioridades divergentes: la Fuerza Aérea busca modernizar su arsenal para competir con la creciente capacidad militar de China, mientras que la Fuerza Espacial enfrenta recortes pese a la demanda de capacidades en vigilancia y alerta de misiles. En 2025, el Departamento de la Fuerza Aérea recibió 257.100 millones de dólares bajo medidas provisionales, un aumento de 2.400 millones respecto a 2024. Además, en abril de 2024, el Congreso aprobó 4.500 millones de dólares adicionales para respaldar operaciones relacionadas con la guerra en Ucrania.

El proceso presupuestario en Washington se ha vuelto fragmentado, complicando comparaciones entre años fiscales. La propuesta de 2026 incluye un aumento del 3,8 por ciento en el salario de las tropas, con un gasto en personal que cubre tanto a aviadores como a guardianes. Sin embargo, los fondos para operaciones y mantenimiento de la Fuerza Aérea se mantienen estables, mientras que los de la Fuerza Espacial registran un leve incremento. Las adquisiciones para transporte aéreo y espacial disminuyen ligeramente, al igual que el desarrollo de tecnología espacial. En contraste, la investigación y desarrollo de la Fuerza Aérea recibe un impulso, con énfasis en el caza de próxima generación, el F-47.

El paquete legislativo One Big Beautiful Bill Act, aprobado por la Cámara de Representantes y pendiente en el Senado, añade al menos 23.500 millones de dólares para programas de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial a partir de 2025. Este proyecto incluye disposiciones para misiles antibuque y viviendas militares, aunque no especifica montos por rama militar. Los ítems más significativos son 4.500 millones de dólares para el bombardero B-21 Raider4.000 millones para iniciativas de superioridad espacial, 3.200 millones para más cazas F-15EX Eagle II2.100 millones para preparación de la Fuerza Aérea, 2.000 millones para satélites de rastreo de amenazas aéreas y 1.500 millones para misiles balísticos intercontinentales Sentinel.

Detalles clave del presupuesto 2026 para Fuerza Aérea y Espacial

  • Fuerza Aérea47.500 millones de dólares para personal, 75.000 millones para operaciones y mantenimiento, 54.400 millones para adquisiciones, 52.100 millones para investigación y desarrollo, y 4.500 millones para construcción militar.
  • Fuerza Espacial1.500 millones de dólares para personal, 6.000 millones para operaciones y mantenimiento, 3.400 millones para adquisiciones, y 15.500 millones para investigación y desarrollo.
  • Recuperación y vivienda: Fondos asignados para la recuperación tras huracanes en bases militares, viviendas familiares y limpieza ambiental.
  • Proyectos destacados: El presupuesto prioriza el B-21 Raider, los F-15EX Eagle II, y los misiles Sentinel, junto con satélites avanzados y el desarrollo del F-47.

Avances en modernización y desafíos presupuestarios

La Fuerza Aérea destina recursos significativos a modernizar su flota, incluyendo el desarrollo del F-47, un caza de sexta generación parte del programa Next-Generation Air Dominance. Este esfuerzo responde a la necesidad de contrarrestar avances militares de China, cuya fuerza aérea ha incrementado su capacidad con cazas avanzados y sistemas de defensa. La financiación para el B-21 Raider, un bombardero stealth, se mantiene robusta, con 4.500 millones de dólares asignados en el proyecto de reconciliación, aunque no está claro si estos fondos sustituyen o complementan el presupuesto base.

Por otro lado, la Fuerza Espacial enfrenta recortes que limitan su capacidad para expandir misiones críticas, como la vigilancia satelital y la alerta de misiles. Los 4.000 millones de dólares para superioridad espacial y 2.000 millones para satélites de rastreo reflejan un enfoque en capacidades específicas, pero la reducción general de 26.400 millones de dólares contrasta con el aumento de 30.000 millones en 2024. La construcción militar se mantiene sin cambios, con 4.500 millones de dólares para la Fuerza Aérea, enfocados en infraestructura y recuperación tras desastres naturales.

El presupuesto también aborda necesidades operativas inmediatas. La asignación de 2.100 millones de dólares para paquetes de preparación de la Fuerza Aérea busca mejorar la disponibilidad de aviones y el entrenamiento de pilotos, mientras que los 1.500 millones para los misiles Sentinel apoyan la modernización del arsenal nuclear. Sin embargo, el programa Sentinel ha enfrentado sobrecostos significativos, con un aumento del 37 por ciento en sus costos proyectados, según reportes de 2024.

La propuesta de 1 billón de dólares para defensa en 2026, impulsada por Donald Trump, depende en parte del One Big Beautiful Bill Act. Sin este paquete suplementario, el presupuesto militar se mantendría prácticamente igual que en 2025, limitando nuevas iniciativas. La OMB anunció que un desglose detallado del presupuesto del Departamento de Defensa se publicará en junio, lo que podría aclarar cómo se distribuirán los fondos entre programas específicos.

Contexto y prioridades estratégicas

La asignación de 260.800 millones de dólares al Departamento de la Fuerza Aérea se enmarca en un contexto de creciente competencia global, particularmente con China y su rápida modernización militar. La Fuerza Aérea prioriza programas como el F-15EX Eagle II, con 3.200 millones de dólares para aumentar la producción, y el F-47, que comparte arquitectura con los drones Collaborative Combat Aircraft. Estos esfuerzos buscan mantener la superioridad aérea frente a amenazas emergentes, como misiles hipersónicos y sistemas de Defensa, avanzados.

La Fuerza Espacial, aunque con un presupuesto reducido, mantiene inversiones en satélites avanzados y capacidades de superioridad espacial. Los 15.500 millones de dólares para investigación y desarrollo reflejan un enfoque en tecnologías futuras, pero los recortes generales podrían afectar su capacidad para responder a la creciente demanda de los comandos de combate. La visión del escudo antimisiles Golden Dome, aunque mencionada como prioridad, no tiene detalles específicos en el esquema presupuestario.

La aprobación del One Big Beautiful Bill Act podría transformar el panorama financiero, con potencial para añadir decenas de miles de millones a programas clave. Sin embargo, su paso por el Senado enfrenta obstáculos, y las negociaciones podrían alterar las asignaciones finales. Mientras tanto, la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial operan bajo restricciones presupuestarias que requieren equilibrios entre modernización, preparación y mantenimiento de infraestructura.

La propuesta de 2026 refleja un enfoque en fortalecer la capacidad de la Fuerza Aérea para proyectar poder, mientras que la Fuerza Espacial enfrenta limitaciones en un momento de creciente relevancia estratégica. Los detalles adicionales prometidos para junio serán clave para entender cómo se implementarán estas prioridades y si el ambicioso objetivo de un presupuesto de Defensa de 1 billón de dólares se materializará.

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