Emilio Nava ha sido el gran tapado del mundo del tenis con la llegada de la tierra batida. Lejos de los grandes focos de los torneos más conocidos, el jugador estadounidense ha sido capaz de ganar tres títulos Challengers de manera consecutiva (Asunción, Concepción y Sarasota) dándole la oportunidad de disfrutar una invitación en Roland Garros.
En París, aprovechó a las mil maravillas la oportunidad y sumó la primera victoria en un Grand Slam de su carrera. Se despidió en segunda ronda ante Holger Rune, pero antes de ello, se sentó con SPORT y Prensa Ibérica para repasar su gran momento, su juventud y formación junto a Alcaraz y hablar del tenis actual.
¿Te sientes ya preparado para empezar a disputar torneos ATP con regularidad?
Ojalá. Creo que sí. Sinceramente, mi ranking ahora mismo está en el 113. Todavía falta un paso para jugar estos torneos con regularidad, pero esa es la meta al final del día. Estamos trabajando poco a poco para estar compitiendo cada semana en torneos ATP.
¿Y la confianza, la tienes?
Sí, creo que sí. La estoy ganando.
Emilio Nava con uno de los tres trofeos este año / ATP
Tu historia familiar es curiosa, sobre todo por cómo se conocieron tus padres. Venir de una familia de deportistas de alto nivel, ¿te hace ser más consciente del sacrificio que implica ser un atleta de élite?
Sí, totalmente. Como dijiste, mis padres se conocieron en los Juegos Olímpicos, creo que fue en Seúl, en 1988. Se conocieron allí. Yo crecí con mis dos hermanos, Diego y Eduardo. Mi padre siempre hablaba del trabajo y el esfuerzo que se necesita para destacar en un deporte.
Siempre lo vi como un trabajo. Y qué guay, ¿no? Qué guay poder trabajar todos los días por una causa, por un objetivo tan bonito como jugar al tenis profesionalmente. Me parece genial. No siento ningún tipo de presión. Estoy contento.
En tu formación también fue clave la Academia de Ferrero. ¿Cómo recuerdas esos años en España? ¿Qué aprendiste allí?
Pasé cuatro años en la academia. Terminé mi etapa junior allí, hasta los 22 años, y fue un momento muy importante en mi carrera. Entrené con Alcaraz, con Juan Carlos… sinceramente, no tengo más que palabras buenas para ellos.
Todavía mantenemos una buena relación. Aprendí muchísimo, pero también me conocí mejor a mí mismo. Estoy muy contento de haber pasado por esa etapa.

Emilio coincidió con Alcaraz en la Academia / IG
Hablando de Alcaraz, ¿cómo recuerdas el tiempo que compartiste con él? Supongo que muchas horas de entreno, partidos…
Sí, bastantes. Es un chico tal y como se muestra: siempre con una sonrisa, muy “down to earth”, como se dice en inglés. Pero entrena durísimo. El equipo que tiene es top, sinceramente, son increíbles.
¿Llegaste a pensar en algún momento que tenía algo especial
Sí, sí. La primera vez que escuché hablar de él, tenía 15 años. Pensé: «Otro chico que juega bien al tenis, como muchos». Pero luego lo vi jugar y dije: “Uff, es un atleta, tiene un ‘timing’ espectacular, unas manos increíbles…”. Y con la guía perfecta de Juan Carlos, podía llegar lejos. Y sí, así ha sido.
¿Mantienes relación con él?
Sí, totalmente. Cuando nos vemos, nos damos un abrazo, hablamos un rato. También tengo muy buena relación con su preparador físico y con Juan Carlos. Siempre nos tratamos muy bien.
Tú también eres un deportista joven que está entrando ya en la élite. Últimamente, se ha hablado mucho de la importancia de equilibrar vida personal y profesional, y algunos han criticado eso. ¿Qué opinas tú?
Totalmente de acuerdo. Creo que cada uno tiene su propio camino. Yo tengo 23 años y estoy encontrando el mío. Sé lo que se necesita para estar entre los mejores del mundo, y estoy trabajando para lograrlo.
Intento aprender un poco de todos: de Alcaraz, que disfruta mucho; de Sinner, que trabaja durísimo; un poco de Novak, de los grandes. Siempre que veo un partido, intento sacar algo.
Yo pongo todo eso en mi estilo, en mi manera. Y si la forma de Carlos le permite competir al 100%, pues perfecto.
¿Te imaginas enfrentarte algún día a Alcaraz? ¿Lo has soñado?
¡100%! Ojalá. Sería increíble jugar contra alguien tan grande en el deporte. Tiene 22 años y ya ha ganado cuatro Grand Slams en tres superficies diferentes. Eso no pasa cada dos o tres años. El tipo está a otro nivel. Ojalá jugar contra él pronto.
¿Qué esperas de este segundo tramo del año, después del gran inicio que has tenido?
Sinceramente, creo que mi equipo y yo hemos seguido un proceso muy bueno. Queremos seguir compitiendo al máximo nivel y ojalá terminar el año dentro del top 10. Si llega, bienvenido sea. Si no, sabremos que hay que aprender algo distinto y seguir sumando días.