Una explosión quemó el 80% de mi cuerpo; salí de allí desnudo y andando

Hace un año y medio, Ferran (nombre ficticio), empleado en una empresa de reciclaje de Tarragona, fue víctima de una explosión en su lugar de trabajo. «Se me quemó el 80% del cuerpo», relata. Las secuelas físicas y psicológicas han sido —y aún son— tales que accede a hablar con EL PERIÓDICO bajo anonimato. Ferran sigue vivo gracias a un trasplante de piel que le han realizado.

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