¿Cuándo un spoiler de una serie de éxito deja de ser spoiler? Había uno muy grande en la segunda temporada de «The last of us». Aquellos que nunca habíamos jugado al videojuego, ni siquiera lo sospechábamos. Para los seguidores de la saga nacida en la PlayStation eran hechos de dominio público. Por eso, cuando en su día se especulaba sobre las futuras claves de la segunda temporada, hubo medios especializados que daban por supuesto que el lector conocía de sobra lo que iba a pasar. Una de estas cosas que para ellos pueden haber pasado al dominio público, pero que le pueden arruinar la experiencia a quien pillan de nuevas. Como la identidad de Darth Vader en El imperio contraataca o el destino de Bruce Willis en El sexto sentido. O, si queremos ceñirnos a referentes televisivos, lo de Ned Stark en la primera temporada de Juego de Tronos.
Gracias a esos comentaristas ávidos de desvelar a su audiencia que los reyes son los padres, yo ya sabía desde hacía tiempo la que nos tenían preparada en esta segunda temporada que acaba de terminar en HBO (¿o es todavía Max?). Los jugadores de la saga lo tenían más que asumido. De acuerdo que el juego tiene por lo menos cinco años desde que se puso la venta, pero no todos los seguidores de la serie hemos jugado a él y, aunque nos gustaría comprarnos la Play, no tenemos tiempo para poder disfrutarla en el caso de que lo hiciéramos. Estábamos en momentos en los que esa segunda temporada ni había empezado a rodarse, ni por lo tanto sabíamos cuándo la veríamos en España. Por lo que no creo que aquel fuera el mejor momento.
Tras una espera de dos años, finalmente llegó la esperada segunda temporada. Estaba esperando para ver todos los capítulos de golpe, cuando un día en el trabajo un compañero me dijo que estaba muy indignado con el final del segundo episodio. No sabía lo que pasaba exactamente, pero bastó ese comentario para saber que ahí sería cuando ocurriera lo que tenía que ocurrir. Un destino inexorable que marcaría un antes y un después dentro de la trama. De hecho, ese gran spoiler ha determinado el ritmo de toda esta segunda temporada. Porque cuando alguien toma una decisión de este tipo debe ser por causas justificadas. Eso obligaba a ir con todas las precauciones posibles al entrar en las redes por si alguno se encontraba un titular que iba más allá del clickbait.
El segundo episodio es probablemente uno de los mejores de toda la serie, con independencia del aludido final. En la trama, no sólo destaca este giro inesperado sino que también tenemos una espectacular escena de batalla. Es una de las pocas escenas con infectados del Cordyceps que tenemos en esta temporada. Aunque los zombies tienen sus minutos de gloria a lo largo de varios episodios con momentos de gran tensión. Pero al fin y al cabo, como mandan los cánones del género, los infectados no son el verdadero enemigo, sino que la mayor amenaza procede de los propios humanos. Los infectados no saben lo que hacen. Los humanos embarcados en guerras fraticidas y sin cuartel, sí. Si en la primera temporada el móvil de la trama fue la supervivencia y la esperanza; para estos nuevos episodios hemos pasado a unas motivaciones mucho más oscuras como es la venganza. Llega el momento de analizar toda la segunda temporada y hablar abiertamente de lo que pasa en ella, así que si queda alguno que no lo sepa aún avisado queda de que ahora sí que vienen spoilers.
El primer episodio da un salto en el tiempo de cinco años respecto al final de la temporada anterior, con Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey) afincados en su nueva ciudad, donde parecen haber encontrado un hogar en el que rehacer sus vidas. Con el paso del tiempo, vemos que la relación entre ellos se ha deteriorado. Casi podría decirse que Ellie empieza a ser tan independiente, que Joel le sobra. Y claro, cuando uno va sobre aviso, se imagina que algo malo le acabará pasando tarde o temprano.
Y ese momento llega al final del segundo episodio. ¿Hay algo más radical que matar al protagonista? Y además de una manera cruel y cobarde, en una escena que causa la indignación que pretende causar. A lo largo de esos duros momentos, uno se pregunta si se atreverán o no. Porque, al fin y al cabo, ¿cómo es de definitiva la muerte en un videojuego? Pero pronto vemos que la cosa iba en serio. Se han atrevido a hacerlo. De esta manera, el tercer episodio es el momento del duelo y en el que los protagonistas se enfrentan a su dolor, antes de lanzarse en una misión de venganza. Abby (Kaitlyn Dever) se ha convertido en el personaje más odiado de la serie. Esa espiral de odio y violencia nos arrastra en los dos episodios siguientes, para a continuación en el sexto llevarnos a uno de esos capítulos flashback que tanto abundan en estas producciones hoy en día, donde se hace un repaso de cómo hemos llegado hasta aquí.
Unos momentos en el que Joel vuelve a vivir y vamos viendo la evolución de la vida de ambos en el pueblo, para saber qué es lo que se rompió entre ellos, teniendo como referencia temporal el día del cumpleaños de Ellie. La causa de su ruptura no es la que podríamos imaginar. Joel, al final de la primera temporada, causaba una matanza entre las luciérnagas. Ellie era la gran esperanza para la cura del virus, pero el problema es que para conseguirla, ella tiene que morir. La joven ha llenado muchos vacíos en el corazón de Joel desde que comenzó la pandemia. Este tiene claro que prefiere ese pequeño rincón de felicidad a la salvación del mundo. Las necesidades sentimentales pueden ser un poco egoistas. Mientras yo esté bien, que se joda el mundo. Pero no fue eso lo que les separó. Ellie sabe lo que ocurrió y ha llegado a perdonarle. Pero hay otras muertes ante las que no es capaz de mirar hacia otro lado. Joel se ha acostumbrado a matar y parece haber perdido la perspectiva de todo. Ellie no le perdona, pero luego cuando muere hay cosas que se han quedado sin decir entre ellos. La joven pupila se lanza a una espiral de violencia, en la que parece tan encerrada como su mentor. Y así llegamos al episodio final, con el esperado cara a cara entre Ellie y Abby que nos deja un cliffhanger de infarto.
Un desenlace que deja las cosas encarriladas hacia el arranque de la tercera temporada. Si en el sexto episodio vimos la historia de Joel y Ellie durante los últimos años, el final de temporada nos indica que para los nuevos episodios veremos ese mismo lapso temporal desde el punto de vista de Abby, la villana, el enemigo público número uno para la audiencia. ¿Lograrán los autores que la perdonemos?, ¿que empaticemos con sus motivaciones?, ¿que tengamos reconciliación entre las dos grandes enemigas? Al fin y al cabo, Ellie también ha hecho cosas imperdonables cegada por su odio. La muerte de Joel ha sido un momento traumático, en el que se han mezclado otros factores. Sobre todo esa parte de la audiencia que lleva muy mal el que Bella Ramsey haya pasado a ser la protagonista, sobre todo desde que se declaró persona de género no fluido. El review bombing se ha vuelto a cebar con la serie y parece quedaron atrás los días en que la joven actriz se dio a conocer en Juego de Tronos como Lyanna Mormont, donde fue carne de memes como personaje de armas tomar pese a su corta edad. Su salida del armario provocó un efecto de odio, al que también se suma el hecho de que la muerte del personaje de Pedro Pascal duele. Y por mucho tiempo que pase, lo seguirá haciendo. Por eso, los creadores han logrado un gran momento. Y reventarlo con un spoiler puede arruinarlo, sea cuando sea.