Una colaboración internacional de astrónomos ha identificado un extraño sistema estelar en el que un púlsar conocido como “estrella araña” devora material de su estrella compañera, en un hallazgo que representa un eslabón perdido en la evolución de sistemas binarios compactos.
Los datos, compilados durante más de cuatro años por el radiotelescopio FAST en la provincia de Guizhou, China, sugieren que este púlsar, un remanente ultradenso de una supernova que gira a gran velocidad, orbita muy cerca de una estrella de masa reducida, a la cual gradualmente va despojando de su envoltura exterior, «devorándola» poco a poco.
El objeto fue detectado inicialmente por su emisión periódica de pulsos de radio, que revelaron una órbita de apenas 3,5 horas alrededor de su compañera estelar. Sin embargo, durante aproximadamente un sexto de cada ciclo orbital, la señal desaparecía, indicando que la estrella en cuestión quedaba oculta tras una espesa nube de material expulsado, o debido a la presencia de polvo interestelar que bloqueaba la radiación procedente del púlsar.
Esta oscilación en la señal llamó la atención de Jin-Lin Han, astrónomo principal del Observatorio Astronómico Nacional de Beijing, quien lideró la investigación que se ha publicado recientemente en la revista Science, según explica un artículo que aparece en la revista Nature.
El hallazgo se enmarca en la categoría de “púlsares araña”, nombre que reciben los sistemas en los que un púlsar de rápida rotación va consumiendo la materia de su estrella compañera, ya sea a través de intensos vientos de radiación o por transferencia directa de masa. Dentro de esta tipología se encuentran las estrellas llamadas «viudas negras», un término inspirado en arañas que se alimentan o bien paralizan a su pareja.
Observaciones prolongadas
En el caso observado, la estrella compañera ha sido reducida hasta convertirse en un objeto de muy baja masa, posiblemente un remanente de enanas marrones. El radiotelescopio FAST, con un diámetro de medio kilómetro, proporcionó la sensibilidad necesaria para monitorear este sistema durante múltiples observaciones prolongadas, que abarcaron tres ciclos completos de la órbita.
Gracias a este análisis, los investigadores pudieron determinar con precisión la dinámica orbital y estimar la masa mínima de la estrella compañera, confirmando que el púlsar se encuentra actualmente en fase de “despojo”: atrae la materia de su acompañante, que pierde masa paulatinamente hasta quedar reducida a un núcleo desnudo compuesto principalmente por helio u otros elementos ligeros.
Este descubrimiento aporta información valiosa para entender cómo evolucionan los sistemas binarios compactos y las condiciones previas a las fusiones de estrellas de neutrones o agujeros negros, eventos que generan ondas gravitacionales.
Según los autores del estudio, analizar estas fases de transferencia de masa es crucial para precisar las tasas de fusión y mejorar los modelos predictivos de las colisiones cataclísmicas, que han comenzado a ser registradas en la última década.
Los eventos más energéticos
Más allá de arrojar luz sobre los mecanismos de pérdida de masa y la eventual fusión de objetos compactos, el hallazgo resalta las capacidades del observatorio chino FAST, que desde su inauguración ha impulsado múltiples descubrimientos en radioastronomía.
Investigaciones futuras buscarán caracterizar con mayor detalle la composición de la compañera estelar, así como estudiar el entorno circundante del púlsar para comprender cómo los vientos de partículas y la radiación influyen en la evolución del sistema.
Referencia
A pulsar-helium star compact binary system formed by common envelope evolution. Z. L. Yang et al. Science (2025). DOI:https://doi.org/10.1126/science.ado0769
De acuerdo a una nota de prensa, las conclusiones del estudio podrían ayudar a resolver misterios de larga data sobre cómo las estrellas evolucionan en pares. Vale recordar que el Telescopio de Radio Esférico de Apertura de Quinientos Metros de China (FAST), a través del cual se realizó el hallazgo, es considerado el radiotelescopio más grande y sensible del mundo en su tipo.
La detección de este “púlsar araña” confirma la existencia de un escalón evolutivo largamente teorizado y abre la puerta a nuevos conocimientos sobre la vida y muerte de estrellas en sistemas binarios cerrados, contribuyendo al entendimiento de fenómenos que, más allá de su valor teórico, permiten descifrar algunos de los eventos más violentos y energéticos del Universo.