Estimado lector, hoy me gustaría iniciar este articulo proponiéndole una reflexión: ¿considera que el Estado protege como debería la salud de adolescentes y jóvenes en España? ¿Esta su salud protegida frente al producto que mata a la mitad de sus consumidores, además de ser responsable de más de 16 tipos de cáncer? Me refiero al tabaco y cigarrillos electrónicos, la nueva y tramposa vía que las tabacaleras han descubierto para inducirles a la adicción.
Antes de responder a esta pregunta, permítame facilitar los datos que la Asociación Española contra el Cáncer tiene disponibles para conocimiento de la población general.
La edad de inicio en el consumo de tabaco en España y en Asturias son los 14 años. La infancia y la adolescencia son etapas vulnerables en las que es más fácil adquirir conductas perjudiciales para la salud. El 80% de los casos de tabaquismo comienzan antes de los 18 años y se perpetúan debido a la dependencia a la nicotina. Según estimaciones del Observatorio del Cáncer de la Asociación entre los años 2020 y 2024, un 10% más de jóvenes entre 15 y 24 años fuman a diario. En Asturias el 9% de las jóvenes y el 16% de ellos. En total un 13% de nuestros jóvenes fuman a diario. Pero además otro dato preocupante es el número de jóvenes entre 14 y 18 años que fuman: 1 de cada 5 jóvenes ha fumado cigarrillos convencionales o tabaco de liar. Reseñar además el cambio de tendencia en el consumo por género: el 21% de las chicas entre 14 y 18 fuman en frente al 18,5% de los chicos. Un mal dato para la salud de las jóvenes asturianas que se repite también a nivel de país. Por último, sabemos que cuanto más vulnerable económicamente es un hogar, cuanto más baja es la renta familiar, mayor es el número de fumadores. Mal dato en mi modesta opinión.
No obstante, las cosas no quedan aquí, porque la información anterior debe ser completada por los datos de nuevas formas de inhalación de humo a través de los vapeadores (vapers en el lenguaje informal). En Asturias, mas del 34% de jóvenes entre 14 y 18 han vapeado alguna vez y el 5% lo hacen de forma frecuente con dispositivos con y sin nicotina. La industria del tabaco y la nicotina ha sabido encontrar las rendijas para colarse en el imaginario de nuestros jóvenes y en los foros y espacios donde los jóvenes están y se divierten. Llegan a ellos a través de un marketing directo, atractivos descuentos, redes sociales, jóvenes influencers, colaboraciones en eventos de ocio, musicales o deportivos o creadores culturales. Gracias a esta estrategia, 9 de cada 10 jóvenes están expuestos al humo digital en RRSS y plataformas de vídeos.
Conscientes de todo lo anterior, la Asociación Española contra el Cáncer considera que la salud de la población juvenil española esta desprotegida en relación al tabaco y sus derivados. Es necesario elevar las barreras de acceso de los jóvenes porque tenemos que proteger su salud ante las estrategias de la industria tabaquera. Por ello, dentro del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT), apoyamos el Proyecto de Real Decreto que modificara el Real Decreto 579/2017 regulando determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y los productos relacionados, como los cigarrillos electrónicos con o sin nicotina, las bolsitas de nicotina y otros dispositivos emergentes. Todo ello con el objetivo de reducir la prevalencia del consumo de tabaco y nicotina y minimizar la exposición a sus emisiones, especialmente entre menores y jóvenes. Esperamos también que se avance en el resto de medidas delineadas por el PIT como la actualización de la Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, suministro, consumo y publicidad de los productos del tabaco. El Estado debe agilizar la entrada en vigencia de las medidas recogidas en el proyecto del Real Decreto, destinadas a la protección de los jóvenes ante el tabaquismo por lo que desde la Asociación Española Contra el Cáncer esperamos que se acorten los plazos y se apruebe la reforma de la ley antitabaco antes de que finalice el año. Es necesario y urgente porque la salud de la generación de jóvenes en España depende de ello.
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