Rodeados de cajas de pedidos y entre estanterías que poco a poco vuelven a llenarse de vida, las librerías que quedaron devastadas por la dana comienzan a recuperar el pulso. Tras meses de intenso trabajo para reparar los daños provocados por la barrancada y recuperar los pocos ejemplares que se libraron del agua, estos comercios culturales vuelven a abrir sus puertas de manera progresiva.
Lo hacen con más fuerza que nunca. Conscientes de que su regreso no supone únicamente un símbolo de recuperación económica. Y es que para muchos representa además un impulso para la vida literaria en los pueblos. Unos pueblos cuyos vecinos encuentran en estos locales un punto de encuentro y un espacio de intercambio cultural.
La Moixeranga regresa a Paiporta
Uno de estos puntos es Paiporta, donde la librería La Moixeranga ha vuelto a abrir sus puertas este miércoles siete meses después de que el desbordamiento barranco del Poyo arrasara con gran parte del conocimiento y la literatura para todas las edades que acumulaba en su interior. Desde entonces sus propietarias, Eva y Arantxa han trabajado contrarreloj para devolver a sus clientes un espacio de intercambio de sabiduría en el que, entre otras cosas, tienen la oportunidad de asistir a charlas y coloquios, conocer a algunos de los autores más punteros del panorama local y nacional y adquirir los tomos más relevantes de la literatura de ayer y hoy.
Las propietarias de la Librería la Moixeranga de Paiporta atienden a los primeros clientes tras la dana. / Daniel Tortajada
Hacerlo no ha sido un camino fácil, «pero ha merecido la pena». Así lo manifestaban las gerentes en declaraciones a este diario minutos antes de ver como su local se volvía a llenar de clientes llegados de distintos puntos de la comarca para asistir al renacer de un proyecto que arrancó en septiembre de 1978 de manos de la que fuera durante años presidenta del gremio de libreros de València, Gloria Mañas, y que desde su jubilación en 2023 tomaron el relevo la que fuera trabajadora durante cerca de dos décadas y su ahora socia, Arantxa.
Un punto y aparte
Para ambas, el regreso de La Moixeranga supone «un punto y aparte para volver a empezar donde nos quedamos hace siete meses». Las empresarias confían en que el negocio recupere el buen funcionamiento de antes de la dana. «Iba todo sobre ruedas y se cortó todo de un día para otro». Algo que a juzgar por la cantidad de personas que llenaron la plaza de l’Església de Sant Jordi de Paiporta para asistir a la reapertura parece evidente. «Estamos abrumadas de todas las muestras de cariño que estamos recibiendo», confesaban.

Clientes de la Librería la Moixeranga de Paiporta en la reapertura del local este jueves. / Daniel Tortajada
Contentas y emocionadas se mostraban Flor, Empar y Paqui, tres «vecinas, amigas, clientas» que se confiesan «adictas» a este negocio, del que destacan «es uno de los comercios más arraigados de Paiporta». «Venimos a todos los eventos y presentaciones. «Que vuelvan a abrir negocios como este sí que es volver a la normalidad. Todos los negocios son importantes, pero esta librería era muy necesaria, sobre todo en un momento como el actual porque seguimos con espacios culturales cerrados como el Auditorio de Paiporta o la planta baja de la librería».
Otras librerías que vuelven
El de esta tarde es un paso que poco a poco repetirán otras librerías que quedaron también quedaron arrasadas el 29-O y que ahora vuelven a abrir. Lo hará el próximo 7 de junio la librería Bufanúvols de Catarroja y este sábado también levantará la persiana la librería Passarella de Picanya. Lo hará, eso sí, algo más lejos del bajo junto al barranco que quedó arrasado en aquella fatídica jornada por el agua y el barro. “Ese día cerré la tienda a las 13.30 para ir a comer y como vimos que el pronóstico del tiempo daba lluvia fuerte decidimos no volver por la tarde porque no iba a venir nadie”, recuerda Guillermina Spiekerman, su propietaria.
Guillermina no pudo volver la librería hasta pasados unos días porque también su casa en Paiporta quedó destruida por la barrancada. “En casa estuvimos hora y media con el agua hasta la cintura y no caí en que la tienda también podría estar inundada hasta que mi hijo Nicolás me llamó para decirme: mamá, mamá, se perdió todo”.
Con los dos frentes abiertos, Guillermina y Leonardo, su marido, se centraron los días siguientes a la barrancada en resolver la grave situación que tenían en casa, mientras que Nicolás se dedicó a vaciar la tienda de todos los libros, material de papelería y “funkos” (una de las especialidades de su negocio) que habían resultado destruidos por la dana.
“Tuvo mucha ayuda de amigos, vecinos y voluntarios, gente que aparecía por allí y que no conocía de nada -recuerda la librera-. La sensación de aquellos días fue la de que hoy lo tienes todo y mañana ya no, pero en todo momento tuvimos claro que íbamos a volver a empezar”.
Y así, Passarella reabrirá este sábado tras siete meses llenos de “momentos muy duros, muy angustiosos y muy tristes”, pero también llenos del cariño de los vecinos y clientes “que nos dicen que tienen una lista de libros pendientes, pero que no los van a comprar hasta que no estemos nosotros”.
Antes, este viernes, la librería de la calle Senyera de Picanya acogerá como parte del festival Fronteras una charla de la escritora María Dueñas. Después, Passarella aspira a volver a ser esa “librería amiga que ha sido siempre”, cuenta Guillermina. “Una librería de alegría, de imaginación, de ilusión, de familia, en la que le seguiremos dando a nuestros clientes una experiencia de persona a persona. Y si después se llevan un libro, bien. Y si no, no pasa nada”.
El recuerdo de Somnis de Paper
En Benetússer, hace poco más de una semana que Somnis de Paper abrió de nuevo su persiana después de casi siete meses de limpieza, diagnóstico y reconstrucción. La renovación de la librería ha sido completa porque quedó siniestra total, pese a que el seguro no les ha reconocido esa condición. Con la ayuda de los fondos de reconstrucción han podido reformar el local que fue completamente arrasado por la barrancada. La vuelta a la normalidad ha costado pero esta semana se ha reactivado de nuevo el negocio, en un espacio amable, tranquilo y apacible por donde Jorge y Ana no dejan de atender a clientes.
El jueves, en el marco del festival Fronteras, se realizó el primer acto con público en torno a una charla con el escritor Rafa Lahuerta. Ahora, en Somnis de Paper el único recuerdo que queda del barro es el gran mural realizado por tres ilustradoras locales donde se recogen los mensajes clave de la reconstrucción: “Gràcies” y “Sols el poble salva al poble”.
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