La Fuerza Aérea y la Armada de EE. UU. desarrollan el misil AIM-260 JATM, un arma aire-aire y aire-superficie de largo alcance y alta velocidad.
Desarrollo y pruebas del misil AIM-260 JATM en EE. UU.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos y la Armada de Estados Unidos progresan en el desarrollo del AIM-260 Joint Advanced Tactical Missile (JATM), un misil aire-aire y aire-superficie diseñado para superar las capacidades del AIM-120 AMRAAM. Iniciado en 2017 como un programa conjunto, el proyecto responde a la necesidad de contrarrestar avances en misiles de largo alcance, como el PL-15 y PL-17 de China, que alcanzan entre 200 y 300 kilómetros. El AIM-260, fabricado por Lockheed Martin, busca proporcionar mayor alcance, velocidad y compatibilidad con cazas stealth como el F-22 Raptor y el F-35 Joint Strike Fighter.
En 2024, la Air Test and Evaluation Squadron 31 (VX-31) de la Armada incrementó las pruebas de fuego real del AIM-260A, utilizando dos aeronaves y 78 efectivos en ocho salidas que acumularon 26.3 horas de vuelo sin incidentes. Estas pruebas, realizadas en colaboración con la base de Eglin Air Force Base, marcaron un avance significativo en la validación del misil. Desde 2020, el AIM-260A ha sido probado contra blancos como el QF-16, demostrando precisión en entornos complejos.
El diseño del AIM-260A, revelado en renders de la Naval Air Systems Command (NAVAIR) en febrero de 2025, muestra un misil optimizado para alta velocidad y baja resistencia aerodinámica. A diferencia del AIM-120, que tiene cuatro aletas de cola y cuatro aletas centrales, el AIM-260A solo presenta cuatro aletas traseras, lo que sugiere un enfoque en reducir el arrastre. Su motor cohete, más largo que el del AIM-120, indica un incremento sustancial en alcance, posiblemente superando los 190 kilómetros de la versión AIM-120D-3.
El misil mantiene un factor de forma similar al AIM-120 para integrarse en las bahías internas de los cazas stealth, asegurando compatibilidad con el F-22 y el F-35. También se espera que equipe al F/A-18E/F Super Hornet y, potencialmente, drones del programa Collaborative Combat Aircraft (CCA). Las pruebas han incluido lanzamientos desde plataformas navales, con la Armada priorizando su integración en el Carrier Air Wing Five (CVW-5), estacionado en Japón.
Datos clave del AIM-260 JATM para la superioridad aérea

- Inició desarrollo en 2017 como respuesta a misiles chinos de largo alcance.
- Alcance estimado supera los 190 km, superior al AIM-120D-3.
- Diseño aerodinámico con cuatro aletas traseras y motor cohete extendido.
- Compatible con F-22, F-35, F/A-18E/F y futuros drones CCA.
- Pruebas de fuego real exitosas en 2024 con VX-31 y QF-16 como blancos.
Tecnología y capacidades avanzadas del AIM-260
El AIM-260A incorpora tecnologías avanzadas para mejorar su rendimiento en combate. Su sistema de propulsión, basado en un motor cohete de alta carga, permite mayor velocidad y alcance que el AIM-120. Aunque los detalles son clasificados, se especula que incluye un buscador multimodo, posiblemente con radar activo y capacidades de guiado por satélite o radar terrestre, similar al SM-6. Esto permite al misil adaptarse a objetivos en movimiento y resistir contramedidas electrónicas.
La ausencia de aletas centrales en el diseño sugiere un enfoque en la maniobrabilidad en fases terminales, posiblemente apoyado por tecnologías de vectorización de empuje o sistemas de guiado avanzados. Estas características podrían permitirle realizar maniobras de “fuera de puntería”, similares al AIM-9X, redirigiéndose en vuelo para atacar objetivos laterales o traseros. Además, el misil probablemente integra enlaces de datos bidireccionales, permitiendo actualizaciones en tiempo real desde plataformas externas.
El AIM-260A está diseñado para operar en entornos de alta interferencia. Técnicas como el salto de frecuencia, que alterna señales de radiofrecuencia para evitar bloqueos, mejoran su resistencia contra sistemas de guerra electrónica, como los desplegados por las plataformas chinas Y-9DZ y J-16D. Estas capacidades aseguran que el misil mantenga su trayectoria hacia objetivos a pesar de intentos de interferencia.
El programa también se alinea con iniciativas como Golden Horde, que explora armas en red capaces de compartir datos en vuelo para coordinar ataques. Aunque no se confirma su integración directa, el AIM-260A podría beneficiarse de estas tecnologías, permitiendo una mayor flexibilidad en escenarios dinámicos.
Contexto estratégico y despliegue del AIM-260


El desarrollo del AIM-260 responde a la creciente amenaza de misiles de largo alcance en el Indo-Pacífico, particularmente en el mar del Sur de China y el estrecho de Taiwán. La Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) ha desplegado misiles como el PL-15, con un alcance de hasta 300 kilómetros, y el PL-17, que supera esta distancia. Estas armas representan un riesgo para las operaciones aéreas de EE. UU., especialmente en escenarios de superioridad aérea.
En paralelo, la Armada ha desplegado el AIM-174B, una variante aérea del SM-6, con un alcance de hasta 370 kilómetros, como solución provisional para cerrar la brecha de alcance con los misiles chinos. Sin embargo, el AIM-174B, operativo desde 2024, es más grande y no es compatible con las bahías internas de cazas stealth, lo que limita su uso en misiones de alta furtividad. El AIM-260, por su diseño compacto, se posiciona como el reemplazo a largo plazo del AIM-120 y un complemento al AIM-174B.
Las pruebas del AIM-260A han avanzado en instalaciones como Eglin Air Force Base y con escuadrones como VX-31, con un enfoque en validar su integración en múltiples plataformas. Aunque el objetivo inicial era introducir el misil en 2022, retrasos han pospuesto su entrada en servicio, con pruebas continuas en 2025. La Armada y la Fuerza Aérea mantienen un alto nivel de secretismo, limitando la información pública sobre su despliegue.
El AIM-260A se perfila como un componente clave para mantener la superioridad aérea de EE. UU. Su diseño y capacidades lo posicionan para contrarrestar amenazas emergentes, asegurando que los cazas estadounidenses puedan operar a distancias seguras y neutralizar objetivos con precisión en entornos altamente disputados.