Alcaraz salva el cuello al filo de la medianoche

Ya es bien sabido que a Carlos Alcaraz no le gusta un pelo los turnos de noche. En Roland Garros, le tocó lidiar con ello ante Damir Dzumhur en la tercera ronda, y pese a que se las prometía muy felices de buen inicio, tuvo que sufrir mucho más de lo esperado para cerrar la victoria final (6-1, 6-3, 4-6 y 6-4) en 3:15 horas de partido.

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