Estaban trabajando en un proyecto ganadero de gran envergadura en Asturias: la construcción y acondicionamiento de una nave para las vacas de una de las empresas más importantes de Coaña. Pero allí, en Cancello, una ganadería puntera en el occidente asturiano con más de 700 cabezas de ganado y en fase de expansión, encontraron un trágico final cuando la instalación colapsó y el techo se derrumbó sobre ellos en la mañana de este jueves.
Son los tres fallecidos en un accidente que ha dejado, además, tres heridos, uno de ellos grave. Pertenecen a tres familias de tres concejos asturianos distintos, donde cunde la tristeza tras conocer lo sucedido. Tres profesionales con rumbos diferentes que confluyeron en una obra que se tiñó de tragedia por razones que ahora investiga la Guardia Civil.
Un gozoniego de una prestigiosa familia ganadera
“Era el número uno en lo suyo. No hay en todo Asturias un ganadero de leche que no lo conociera y que no lo quisiera”. La ganadería asturiana está de luto por el fallecimiento de P. G. A. Gozoniego de 46 años, este instalador de equipos de ordeño encontró la muerte este jueves en el colapso de la nave agrícola de Coaña. La noticia de su fallecimiento corrió como la pólvora por el mundillo, en el que también es muy conocida y reputada su familia, que regenta la popular explotación de La Llonguera, en La Ren. “Nadie se explica qué puede haber pasado. Tenemos un disgusto tremendo”, lamentaban esta tarde sus allegados.
P. G. A. nació y se crió en La Ren entre las vacas de la explotación familiar. “Son una familia muy reputada en el sector, porque siempre han innovado. Hace ya muchos años, por lo menos 30, el padre ya viajaba a Holanda e Irlanda para ver qué se hacía allí con las vacas”, recuerda un vecino de la familia, que afirma que esa inquietud y amor por el ganado también lo heredó P. G. A. “Era un incondicional de la genética, de la mejora del ganado… Y, además, era el mejor técnico de máquinas de ordeño de todo Asturias. Lo tenía todo”, apunta. Precisamente estaba trabajando en la nave de cara a su acondicionamiento para acoger ganado como parte de una empresa dedicada a esa rama.
P. G. A. era el mayor de tres hermanos. El segundo trabajaba en una empresa de Corvera, “aunque también sigue muy ligado a la explotación familiar”; y el tercero es quien se ha quedado al frente de la explotación familiar. Desde la Unión Rural Asturiana (URA) hicieron público esta tarde un comunicado de condolencia “Desde URA queremos mostrar nuestro más profundo pesar por lo sucedido hoy en Coaña, donde varias personas ligadas al sector han perdido la vida en un accidente en una nave en construcción. Queremos especialmente mandar nuestro apoyo y afecto a nuestro compañero Juan José González Artime (Ganadería La Llonguera), una de las personas más activas en las movilizaciones del sector ganadero del año 2024, cuyo hermano ha sido uno de los trabajadores que ha perdido la vida”, han lamentado en el texto.
Aunque nacido en Gozón, P. G. A., que estaba casado “con su novia de toda la vida” y deja una hija de 11 años, residía en Gijón. “Era un gran padre de familia, siempre pendiente de lo suyos”, recuerdan sus amigos, que todavía no dan crédito de la catástrofe: “No nos podemos explicar cómo pudo pasar algo así”.
Un conductor de hormigonera «alegre y bromista»
D. S., natural de El Franco aunque vecino de Serantes (Tapia), conducía la hormigonera que quedó atrapada bajo el escombro, donde perdió la vida. De 52 años, primero trabajó en una conocida firma de hormigones de La Caridad, pero hace poco que cambió de empleo. En la actualidad trabajaba con la firma de hormigones Horvalsa, con sede en el polígono de Jarrio (Coaña), empresa que estaba estos días sirviendo el hormigón para las obras de la nave en la ganadería Cancello.
Sánchez estaba casado y sus allegados le recuerdan como “una persona muy alegre y bromista”. De joven fue aficionado al remo y formó parte de una de las traineras del club de mar de Castropol. Todos lloran su prematura muerte.
Un trabajador tinetense que ya sufrió un accidente minero
F. M. A. D., más conocido en Tineo como «Félix el de La Canar», por el nombre de la casa familiar, era natural de El Pedregal, en concreto, de la zona de Ondinas, donde hace años que no residía puesto que se había trasladado a Villapedre, en Navia, por motivos laborales. En Tineo había trabajado en una de las minas del concejo, pero un accidente laboral le apartó de esta profesión. Paralelamente, en su casa mantenía una pequeña ganadería en la que tenía alguna vaca de producción de carne y también yeguas.
Pero su trabajo como tractorista en la costa le hizo trasladar finalmente su residencia a Villapedre. Y en Coaña se topó con un trágico e inesperado final. Según apuntan sus allegados, volvía algún fin de semana a su casa familiar, donde reside su hijo. También tenía una hija. “En el pueblo se siente su pérdida”, lamentan los vecinos, que repiten: “Tuvo mala suerte el hombre de sufrir este accidente”. «Félix era trabajador de la ganadería. Era un buenazo. Un paisanín que amaba su trabajo, que le daba lo mismo caminar 100 kilómetros que ir encima del tractor. Un tío alegre que llevaba años trabajando para este ganadero, y que antes había estado de tractorista en una empresa de Villapedre», señalan del fallecido, de 60 años.
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