“Esta legislatura es un laberinto sin salida” y cuestiona el adelanto electoral

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha concedido una extensa entrevista al El Cascabel de TRECE en la que ha analizado la delicada situación del Gobierno central, los escándalos de corrupción que lo rodean y la incertidumbre sobre un posible adelanto electoral. En un tono crítico pero mesurado, el barón socialista ha dejado varias reflexiones sobre el momento político actual que atraviesa España y el Partido Socialista Obrero Español.  

 “No hay salida. No hay hueco para elecciones” 

Consultado sobre la posibilidad de adelantar elecciones generales, García-Page no se mostró partidario, pero tampoco la descartó. Para él, el verdadero problema es que el Gobierno está atrapado en una coyuntura que impide encontrar un momento viable para disolver las Cortes. “Creo que a estas alturas no veo una perspectiva, no veo una salida, y seguramente es que no la hay”, afirmó con rotundidad.

Insistió en que ya desde el inicio advirtió sobre la inestabilidad: “Dije el primer día de esta legislatura que era un laberinto sin salida. Creo que ahora va a ser muy difícil encontrar un momento en el que a una convocatoria electoral no le sigan 55 días sin vídeos, sin mensajes, sin escándalos. Y eso, como comprenderá, significa que no hay salida”.

TRECE

Para García-Page, la incertidumbre es tan profunda que impide planificar una convocatoria electoral en condiciones normales. “Es comprensible intentar convocar elecciones en el momento en que veas más hueco. Ni siquiera digo fácil, solo que haya hueco. Y ahora mismo no lo hay”, aseguró. Recalcó que ni Pedro Sánchez ni Alberto Núñez Feijóo tendrían hoy garantías para firmar un decreto de disolución sin que la campaña se vea contaminada por nuevas revelaciones.

 Una legislatura cuesta arriba y sin expediente limpio  

El presidente castellanomanchego también lamentó que el Ejecutivo haya perdido la oportunidad de cerrar esta etapa política con “un expediente limpio en términos de honestidad”. A su juicio, esto hubiera sido clave, especialmente en una legislatura que comenzó con una moción de censura motivada por un caso de corrupción del PP: “Pensé que al final de esta etapa se podría decir: vale, me habré equivocado en esto, o no, pero presento un expediente limpio. Ese tema está más que en cuestión”.

Aunque defendió que no ve ánimo lucrativo en la conducta del presidente ni de su esposa, admitió la gravedad del contexto: “El caso que rodea todo lo de Coldo, Ábalos, compañía, el centro neurálgico que para mí sigue siendo Aldama, es la bomba de racimo que va a hacer que exploten otras muchas”.

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