A escasos diez minutos de Roland Garros, en el 43 de Rue du Chateau, hay una pequeña casa que lejos de parecer como las demás, esconde miles de tesoros de la historia del tenis. Y en especial, del tenis español. Es la casa Babolat, donde la prestigiosa marca francesa expone estos días miles de detalles, gran mayoría de ellos de su nombre por excelencia; Rafael Nadal.
Tras un jardín cuidado en el que se muestran varias de las raquetas que lució el tenista de Manacor en París a gran escala, se encuentra el acceso a la planta baja de la casa, donde en varias estanterías se exponen detalles preciados, como la colección en miniatura de las raquetas de Nadal, las bambas iniciales de la marca, una máquina para encordar raquetas o un libro firmado por todos los jugadores de la marca desde 1975.
Curiosamente, la última firma que luce en el preciado libro es la del emblema actual de la marca y también tenista español, Carlos Alcaraz. Como si de un milagro pareciera, el tenista de El Palmar apareció en la élite en el momento que Nadal empezó a poner su punto final en la carrera.
Pero lejos de ser un milagro, Marion Cornu, Global Marketing Tennis Director de Babolat, nos explica que la sucesión era algo trabajado con mucha antelación. «La pregunta que teníamos muchos fue, ¿qué va a pasar después de Rafa? Fue muy importante para nosotros pensar en el futuro. Por supuesto, el impacto de Rafa en el mundo del tenis y en nuestra marca fue enorme, pero lo que hace a Babolat es muy diferente de las otras marcas de tenis. Tenemos equipos locales en más de 150 países que están en el campo, hablando con nuestros entrenadores que trabajan para nuestra marca, para intentar detectar las próximas estrellas del tenis» cuenta.
Y en esos radares, detectaron a otro pequeño genio español hace ya más de diez años. «Carlos se unió oficialmente al equipo de Babolat cuando tenía 10 años. Y desde ese momento, hemos construido una fantástica colaboración con él. Es una historia de legado y de transmisión» asegura sobre el tenista murciano.
NADAL, MÁS QUE UN EMBLEMA
Pero sin duda entender la marca sin la figura de Nadal es prácticamente imposible. «Cuando Rafa era un niño, a los 9 años, estaba dudando entre el fútbol, el deporte familiar, y el tenis. Escogió el tenis, y cuando escogió el tenis también escogió a Babolat. ¿Por qué? Porque su ídolo en ese momento era Carlos Moya, que jugaba con Babolat con su ‘Pure Drive’, ganando a Roland Garros en 1998 explica Marion.
Siempre hemos estado a su lado, en los momentos maravillosos, pero también en los momentos en que él dudaba. Nuestra ambición fue darle el mejor material posible, para que solo se enfoquara en su propia actividad
Una unión diferente a la de los demás jugadores, que llevó a la marca a investigar basándose en el juego del 14 veces campeón en París. «Hemos creado un tenis solo para Rafa, observando su juego, tratando de ayudarlo a maximizar su giro, que era su punto de diferenciación» detalla Marion.
UNA UNIÓN PARA SIEMPRE
Rafa Nadal – Babolat, una asociación que va mucho más allá de las pistas. Lejos de cerrar una etapa con su adiós definitivo del tenis profesional, la unión entre ambos sigue más que viva, con varios proyectos en marcha.
Nadal nos a crear el futuro del tenis
«Rafa pertenece a la familia Babolat desde hace más de 30 años, y es parte de la familia, y será parte de la familia durante el resto de su carrera. Todavía trabajamos con él en diferentes proyectos, en su academia, en su fundación…» nos cuenta Marion, que finaliza asegurando que Nadal, «también nos ayuda a desarrollar, digamos, a crear el futuro del tenis».