La hora de la verdad ha llegado a la nueva mesa redonda de Traitors. Los jugadores tienen que decidir quién debe ser el tercer desterrado. Los fieles están necesitados de cazar a un traidor tras fallar con David y con Sieira, tras lamentar los asesinatos de Julio y de Blanca… y lo más reciente: tras asistir al funeral de Lía después de un lento y agónico envenenamiento.
Todos han expuestos sus argumentos. Nada más comenzar la mesa redonda ha salido otra vez el nombre de Cano. Sin embargo, los focos han girado al surgir una protagonista aparentemente inesperada: Vicky, que se ha mostrado defraudada con sus compañeros y ha empezado a arremeter contra casi todos ellos, encarándose en especial con Campeón.
Con esta insólita actitud, Vicky ha empezado a despertar las sospechas de todos. Lo que quizá no se esperaba es que Carlos, su compañero entre los traidores, asestara el golpe definitivo ante la mirada atónita de Popeye.
Las votaciones han dictado sentencia y algunos, la mayoría, han cumplido el deseo que Vicky había expresado: “No tengo ganas de seguir jugando con este grupo”. Antes de proceder a su destierro, la jugadora se ha despedido con un mensaje muy emotivo en el que incluso ha nombrado a su hijo… antes de revelar que era una traidora. La euforia se ha desatado entonces entre el resto de jugadores.
Después, Vicky ha explicado por qué se ha venido abajo: “Tenía que mentirles a personas que me caían muy bien y eso me ha destrozado, creo que pesaba más que no quería engañarlos”. Parece que el rol ha acabado por superarla: “Me he sentido mal como persona y ha habido momentos que he perdido la noción de que esto es un juego, y estoy muy contenta de irme”.