El ejército libanés, con apoyo de inteligencia israelí canalizada por Estados Unidos, ha desactivado la mayoría de los puestos y depósitos de armas de Hezbolá en el sur del Líbano, según informó el miércoles The Wall Street Journal. Funcionarios de Israel y Estados Unidos expresaron satisfacción por los avances logrados.
El desarme enfrenta obstáculos para culminar la tarea en el sur, conforme al alto el fuego de 2024, y para ejecutar el plan que busca despojar al grupo terrorista respaldado por Irán de sus armas, permitiendo al gobierno libanés consolidar su autoridad en todo el territorio nacional.
En noviembre de 2024, el alto el fuego detuvo más de un año de hostilidades entre Israel y Hezbolá, que incluyeron dos meses de guerra abierta. Los ataques iniciaron el 8 de octubre de 2023, cuando Hezbolá, en apoyo a Hamás, lanzó misiles y drones diarios contra Israel.
Nawaf Salam, primer ministro libanés, afirmó en una entrevista con el medio estadounidense que su gobierno alcanzó el 80 por ciento de sus metas en el desarme de milicias en el sur. “El Estado debe monopolizar las armas en todo el Líbano”, declaró Salam, golpeando una mesa con énfasis. “Evitaremos una guerra civil, pero nuestro compromiso para fortalecer la autoridad estatal permanece firme”.
La inteligencia israelí, transferida a Líbano vía Estados Unidos, permitió ubicar los escondites y puestos remanentes de Hezbolá en el sur, revelaron altos funcionarios árabes al periódico. Parte del armamento fue destruido, mientras que otro se reservó para uso del ejército libanés.
Hezbolá perdió el control del aeropuerto de Beirut, lo que redujo su capacidad para recibir fondos, indicaron altos funcionarios libaneses. Un oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), citado por el Journal, expresó: “El ejército libanés supera las expectativas en varias áreas. Las FDI valoran esta tendencia y confían en su continuidad”.
El acuerdo de alto el fuego prioriza el desmantelamiento de Hezbolá al sur del río Litani, pero Salam y Estados Unidos abogan por extender el desarme a todo el país. Sin embargo, Hezbolá insiste en conservar ciertas armas. Ibrahim Mousawi, legislador del grupo, afirmó al Journal: “Las armas de Hezbolá representan una fortaleza para el Líbano”.
Tanto líderes de Hezbolá como del gobierno temen enfrentamientos internos, aunque Salam reiteró su determinación para completar el desarme. “No buscamos una guerra civil, pero nuestro compromiso con la autoridad del Estado no flaqueará”, aseguró.
Durante el alto el fuego, las FDI han atacado sitios y operativos de Hezbolá que, según Israel, incumplen los acuerdos bilaterales. Desde noviembre de 2024, más de 150 miembros de Hezbolá han muerto en estas operaciones. Israel retiró sus fuerzas de la mayoría de los puestos estratégicos en el sur del Líbano, pero mantiene cinco posiciones a pocos cientos de metros dentro del territorio libanés, justificándolas como esenciales para proteger sus comunidades.