El español Carlos Alcaraz se mira este miércoles ante un espejo. El tenista de El Palmar, que al fin juega en la pista Philippe Chatrier y puede admirar la placa con la huella de Rafa Nadal, tiene enfrente a un jugador que, como él, se prodiga en las dejadas, un golpe que se ha convertido en una seña de identidad del español.
«Va a ser una batalla de dejadas», resumió el tenista tras conocer que su rival es el húngaro Fabian Marozsan, un tenista de 25 años, actualmente 56 del mundo, pero que se ha acostumbrado a derrocar a jugadores del top-10.
El último en caer en sus redes fue el ruso Andrey Rublev en el pasado torneo de Hong Kong, pero antes habían pasado por su guillotina el búlgaro Grigor Dimitrov, el australiano Alex de Minaur, el danés Holger Rune o el noruego Casper Ruud.
Pero su nómina de estrellas derrotadas la abrió el propio Alcaraz en el torneo de Roma de 2023, cuando el húngaro se permitió el lujo de superar al tenista que era número 2 del mundo, el rango más alto de sus víctimas.