Hace un mes, la comunidad de montes de Baroña (Porto do Son) delimitaba la zona de pasto para su ganado con un vallado virtual. Sus 20 vacas cachenas y vienesas portan collares para su localización y seguimiento por GPS y, a través de una aplicación, los comuneros establecen desde sus teléfonos móviles el perímetro del cierre.
Ahora, la entidad da un paso más y vuelve a echar mano de las nuevas tecnologías para proteger a su ganado. En esta ocasión, los comuneros colocaron a un grupo de potros unos collares que emiten luces y ultrasonidos cuando los animales que los portan se mueven con intensidad debido al posible ataque de un depredador.
Así, en caso de ataque, el potro se asusta y el depredador lo suelta. Se trata de un sistema experimental para probar si puede funcionar como medida disuasoria frente a los ataques de los lobos. En la fase de prueba, se comprobará si el depredador ataca a otra presa que no lleve el citado collar.
«La idea es tener una manada de caballos en la que varios potros lleven este collar y otros tantos no, para comprobar si el lobo ataca de forma indiferente o si este dispositivo evita el ataque», señala Ovidio Queiruga, presidenta de la comunidad de montes de Baroña.
«Son proyectos experimentales que se tienen que poner en práctica para valorar su efectividad o si es preciso realizar mejoras, por lo que desde la comunidad siempre estamos dispuestos a colaborar en diferentes programas e ideas que nos puedan ayudar en el futuro a una gestión más efectiva de nuestro monte«, añade.
Ahora toca esperar unos días a que los potros se acostumbren a los collares, y en breve se bajarán de nuevo al curro para ir ajustándoselos a medida que van creciendo.
Los collares fueron colocados en las reses por personal del Centro Superior de Investigaciones Científicas y de la empresa Tragsa.
Estos dispositivos se colocarán en varias ganaderías de equinos de diferentes zonas de Galicia y pretende probar su eficacia en manadas de caballos en liberdad.