Isco y Le Celso, junto a un excelente Cucurella / EFE
Lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible. Así podría resumirse lo vivido este miércoles por los más de 15.000 aficionados béticos que tiñeron Breslavia de verdiblanco, por los centenares de miles de simpatizantes y por todos los béticos del llamado ‘cuarto anillo’ (el de los fallecidos).
Con un presupuesto 10 veces menor y con un equipo lastrado en la portería por la decisión de vender a Rui Silva en enero para cuadrar las cuentas, el Betis plantó cara a un Chelsea que sumaba nueve títulos europeos (incluidas dos Champions) e hizo soñar a su afición… hasta que le fallaron las fuerzas.
Por cierto, que el fútbol superprofesionalizado y supercontrolado de Javier Tebas cerrará el curso sin ninguno de los tres grandes títulos europeos, mientras que Inglatrerra ya lleva dos y la Premier League sigue ganando terreno a la otrora ‘Liga de las Estrellas’. Sí, de las estrellas que se van, como Fekir, Canales, Luis Henrique, Luiz Felipe, el citado Rui Silva o el joven Assane Diao (al Como de Cesc Fàbregas).
El milagro de Manuel Pellegrini y sus jugadores ha sido regalar al beticismo su primera final europea tan solo tres años después de conquistar la tercera Copa del Rey de la entidad. El Betis parece vivir su etapa más estable de las últimas décadas mientras el vecino llora en peleas fratricidas más dignas de ‘Falcon Crest’ o de ‘Ana y Los Siete’ que de un club de fútbol.

El exazulgrana Abde hizo soñar al beticismo / EFE
El golazo de Abde hizo soñar a media ciudad de Sevilla, a las decenas de miles de béticos del resto de Andalucía y de todo el país, con mención especial para Catalunya, pero el fuelle no dio para mucho más. No en vano se la conoce como ‘novena provincia’, lo que se pudo ver recientemente en la victoria en Cornellà – El Prat con sendos golazos de Antony y de Lo Celso.
El brasileño no estuvo a su nivel, pero en cierto modo es normal. Antony llegó al Betis tras vivir un calvario en el United y, a orillas del Guadalquivir, ha sabido sacudirse de esas exigencias que lo maniataron en Old Trafford para volver a divertirse con la pelota como hacía en las ‘favelas’. Sin embargo, la presión ha sido enorme estos días y le ha pasado factura.
Cuesta rendirse a un equipo que ha acabado perdiendo por 4-1 la final de la Liga Conference, pero es de recibo hacerlo. Y, por si queda alguna duda, echen un vistazo a la reacción de la afición en Breslavia y en las redes sociales. El Betis no tiene tantos títulos (ni mucho menos) como el Barça, el Madrid o el propio Chelsea, pero es el más grande. No lo duden.