El presidente Isaac Herzog ofreció un discurso contundente en la Conferencia de Sderot sobre Sociedad y Educación en Be’er Sheva, en la víspera del 600º día de la guerra. En su intervención, llamó a los líderes israelíes a responder con determinación ante el momento histórico y a fomentar la unidad frente a los desafíos nacionales y militares que persisten.
Herzog evocó con crudeza los eventos que desataron la guerra actual. “Aquel día nefasto, marcado por una ceguera desastrosa, uno de los peores fracasos en nuestra historia, terroristas asesinos, desprovistos de humanidad, irrumpieron armados en nuestros hogares, ciudades y comunidades, donde masacraron y devastaron sin piedad”, expresó con firmeza, refiriéndose a la tragedia que dio inicio a la guerra.
La liberación de los rehenes en manos de Hamás constituye la prioridad absoluta, según Herzog. “El pueblo de Israel espera una sola cosa del Estado y sus líderes: emplear toda la fuerza disponible y adoptar todas las medidas necesarias para devolver a los rehenes a sus hogares”, afirmó con claridad, subrayando la urgencia de esta misión.
En un momento que calificó como decisivo para la historia del pueblo israelí, Herzog exhortó a los líderes a actuar con valentía. “Ahora es el momento de tomar la iniciativa, de avanzar con audacia, de dar pasos firmes y emplear todos los recursos posibles para traer de vuelta a cada uno de los rehenes”, declaró, resaltando la necesidad de acción inmediata.
Sobre la actuación de las Fuerzas de Defensa, de Israel (FDI) en la guerra, Herzog defendió la conducta moral de los soldados. “Conocemos los enormes esfuerzos de nuestros militares y sus comandantes para evitar víctimas civiles”, afirmó. Además, atribuyó a Hamás la plena responsabilidad por el sufrimiento de los civiles en Gaza, señalando que cada muerte recae sobre la organización terrorista.
A pesar de esta postura, Herzog expresó dolor por las pérdidas humanas. “Nuestros valores, arraigados en nuestra identidad israelí y judía, nos llenan de tristeza profunda por cada persona inocente que sufre o resulta herida”, reconoció, mostrando empatía por el costo humanitario de la guerra.
En un tono firme, Herzog insistió en la necesidad de una investigación estatal sobre los fallos del 7 de octubre. “He presentado propuestas para lograr un consenso amplio que permita establecer esta comisión”, afirmó, reiterando su compromiso con una pesquisa exhaustiva. “Hago un llamado a todas las partes para que se unan, resuelvan las diferencias y den inicio a esta investigación”, agregó.
Herzog también abordó las divisiones internas en Israel, condenando la polarización y la incitación. “El pueblo de Israel está agotado de esta cultura tóxica de peleas interminables, de quienes se dedican a atacarse mutuamente”, expresó con frustración, destacando el hartazgo de la sociedad.
Con igual contundencia, rechazó cualquier propuesta que fomente desobedecer las decisiones judiciales o debilitar el Estado de derecho. “Las declaraciones que incitan a violar la ley o ignorar sentencias judiciales representan un peligro grave para la democracia y la soberanía de Israel”, advirtió, subrayando el riesgo para las instituciones democráticas.
Finalmente, Herzog reprobó las críticas destructivas contra las FDI y sus líderes. “Denigrar a nuestras fuerzas armadas no conduce a soluciones. Los llamados a la desobediencia, la rebelión o el incumplimiento de la ley, aunque surjan desde el dolor, no son en absoluto el camino hacia la resolución”, sentenció, defendiendo la unidad y el respeto por las instituciones militares.