El Vicario de la Custodia de Tierra Santa denuncia los horrores de una guerra que ve a los más pequeños víctimas inocentes de una furia que no salva a nadie. En la Franja, «la edad más bella y verdadera de la vida está manchada por la inmoralidad de la violencia y el absurdo del odio».
ADAM, EL ÚNICO SUPERVIVIENTE DE SU FAMILIA
Ibrahim Faltas, nos cuenta la historia de una familia de Gaza que ha perdido la vida de forma trágica y violenta en un ataque aéreo: «El nombre del único superviviente de los hermanitos que murieron en Gaza es Adam».
Seún explica el Vicario de la Custodia de Tierra Santa, Adam, sus hermanos pequeños y su padre Hamdi estaban juntos en su casa cuando fue destruida por un misil. Fueron engullidos por los escombros que un segundo misil explotó. Nueve niños inocentes fueron sacados sin vida, Adam y su padre llegaron al hospital en estado grave.
Los padres de Adam, médicos del Complejo Médico Nasser, un hospital del sur de Gaza, han ayudado y salvado a muchos niños durante estos largos meses de guerra, a pesar de la falta de equipos y medicinas. Alaa, la madre de Adam, estaba de guardia en el hospital cuando llegaron las ambulancias para trasladar a su familia, destrozada en sus cuerpos y en sus espíritus.
Dos padres amorosos de diez hijos, médicos generosos y competentes de niños enfermos y heridos, a quienes la violencia de la guerra ha privado de su bien más preciado.
La madre de Adán le dio la vida a él y a otras nueve criaturas, ¿los parió ya como enemigos de alguien o de algo? Esa madre, cuando se pone la bata de laboratorio, ¿salva y cura a otros niños, ayuda a vivir a posibles enemigos de alguien? ¿Por qué?, se pregunta el Vicario.
EL VALOR DE LA VIDA EN GAZA
Cuenta además que esta misma mañana, un ataque aéreo ha alcanzado una escuela y hay un vídeo donde se puede ver a una niña intentando escapar entre las llamas que están a punto de envolverla. Niños sin culpa, a los que alguien considera enemigos a los que hay que eliminar.
En Gaza, la vida tiene el mismo valor que la vida de todos los seres humanos que habitan el mundo. La vida de los niños nacidos en Gaza no está contaminada por el odio, como no lo está la vida de cada criatura nacida en el resto del mundo.

Denuncia el Vicario que la violencia corroe el corazón de la humanidad como el ácido más poderoso. El odio sembrado durante demasiado tiempo ha echado raíces y debe ser erradicado cuanto antes y por cualquier medio. Quienes creen que está bien matar a niños y bebés en Gaza porque los consideran enemigos no conocen el bien. Los niños, todos los niños, cuando se les quiere, cuando se les protege del odio, cuando se defienden sus derechos, se convierten en hombres y mujeres de paz.
En Gaza, la edad más bella y verdadera de la vida está mancillada por la inmoralidad de la violencia y lo absurdo del odio. Unos meses después del trágico 7 de octubre de 2023, escribí que las mujeres son «tejedoras de paz», porque las mujeres no se resignan al mal, buscan curar y proteger, saben gestionar los recursos y las relaciones, no dejan de dar amor verdadero, el que no muere de indiferencia ni de olvido, cuenta el Vicario de la Custodia de Tierra Santa.