La teoría nos la sabemos. La fruta es, junto a la verdura, el paradigma de la salud. Naranjas, sandías, melocotones, manzanas, plátanos, fresas… son una fuente indispensable de vitaminas y minerales, ayudan a mantener el peso y fortalecen el sistema inmunológico. Sin embargo, y pese a las innumerables ventajas de su ingesta, las familias de Castellón consumen cada vez menos fruta. Un descenso que, aunque viene de lejos, se ha acelerado en los últimos años, coincidiendo con el subidón que han experimentado los precios.
Los últimos datos que manejan la Conselleria y el Ministerio de Agricultura son incontestables. Durante el último año, cada persona de Castellón consumió una media de 73,6 kilos de fruta, 10,6 menos que hace tan solo cinco años, cuando el consumo per cápita fue de 84,2 kilos. Sin embargo, y ahí está la paradoja, el gasto no ha dejado de subir y ha pasado de los 124,3 euros por persona y año a los 146. O dicho de una manera más clara: cada persona ingiere al año 10 kilos menos de fruta que hace un lustro, pero invierte 22 euros más.
La clave que explica por qué los hogares de Castellón gastan cada año más dinero en comprar fruta pese a que su consumo va claramente a la baja son los precios. Y es que solo en lo que va de año, este grupo de alimentos cuesta en los supermercados y en los establecimientos especializados un 9,4% más, mientras que en los últimos dos años el precio de venta al público ha crecido un 25,5%, según cifras del INE. Y como muestra, tal y como publicó ayer este periódico, los precios que están alcanzando estas semanas productos de temporada como la cereza (en los puntos de venta cuesta entre 8 y 12 euros el kilo) o el albaricoque (entre 4 y 7 euros. Los productores, que insisten en que los valores en origen nada tienen que ver con las cifras que paga el consumidor, aseguran que detrás del descenso de las ventas está lo cara que se ha puesto la fruta y abogan por un equilibrio en la cadena alimentaria. «Lo que no puede ser es que la diferencia entre el campo y el supermercado sea tan abismal», insisten desde de la Unió Llauradora.
Plátanos y aguacates al alza
Aunque prácticamente toda la fruta es ahora mucho más cara que hace unos años, hay algunos alimentos que escapan a la caída del consumo. Un ejemplo es el plátano. Es la fruta preferida en Castellón y el consumo per cápita se sitúa en 13,2 kilos al año, mientras que hace cinco era de 12,1. El aguacate es otra de las frutas que no solo mantiene el tipo, sino que está cada vez más presente en las cocinas de las familias de la provincia: crece de 1,1 kilos per cápita a 2,4.
¿Y qué ocurre con los cítricos? Naranjas y mandarinas son las reinas del campo en Castellón, pero en la mesa hace tiempo que están de capa caída. Un par de datos: cada persona consume una media de 7,9 kilos de naranjas al año, mientras que en 2019 eran 11,3.
Suscríbete para seguir leyendo