Sergio Bote, el trabajador de Tragsatec que controlaba en 2021 los fichajes de Jéssica Rodríguez, expareja del exministro José Luis Ábalos, ha declarado este martes en el Senado que vio un correo electrónico remitido desde Adif, la empresa cliente de aquel proyecto, en el que se indicaba que él tenía que dejar de molestar. «Hay un tal Sergio Bote molestando a Jéssica, decidle que pare», es lo que ponía en aquel correo, según ha aseverado a los senadores. Sobre ese correo -calificado de ‘fantasma’, porque no se conservan copias- ha girado buena parte de la comparecencia de Bote en la comisión de investigación del caso Koldo.
Bote no recuerda quién de Adif escribió ese mail, porque él, que ejercía de ‘controller’ financiero en Tragsatec nunca trataba con la empresa cliente, pero da por hecha cuál era su procedencia porque si viniera de Tragsa no se referirían a él como «un tal».
Según ha relatado, sobre ese correo electrónico y sobre las incidencias derivadas de la ausencia de fichajes de Jéssica, conversó de palabra muchas veces con la gerente encargada del proyecto, Caridad Martín, por eso le sorprendió que años más tarde, cuando saltó el caso y comenzaron las auditorías internas, ella dijera que no recordaba el contenido de ese ‘mail’.
Bote ha explicado que ese correo fue recibido a mediados de mayo, cuando Rodríguez llevaba más de dos meses en la empresa, y él solo la había requerido que fichara en «dos correos protocolarios de aviso», porque necesitaba rellenar los partes de imputación de costes al proyecto, que era su cometido, no sus registros horarios concretos, que no era su tarea. De mayo a agosto sí aparecieron los fichajes hechos y Bote ha asegurado que ignora quién lo puedo hacer si no fue ella, pero a él le servía para los costes financieros y se olvidó del tema, motivo por el que seguramente borró el hilo de correos electrónicos en el que leyó lo de un tal Sergio Bote estaba molestando. También ha asegurado que Martín le dijo que el problema de las ausencias de fichajes de Jéssica lo iba a «elevar», pero no sabe a quién.
Con Martín hablaba de continuo porque se sentaban juntos en la misma oficina y llevaban diecisiete años colaborando y con confianza, ha explicado Bote, quien ha lamentado que Gerardo Camps, senador del PP, haya indagado sobre posibles contradicciones entre la declaración la víspera de ella y la de él. En varias ocasiones, Bote ha reprochado a Camps la manera de interrogarle: «Intente hablar con un tono menos agresivo porque para una persona normal aturulla un poco».
El ‘controller’ financiero ha usado un tono muy coloquial en sus respuestas a senadores de UPN, Vox, PSOE y PP durante la hora y media de su comparecencia, tanto que varias veces se ha definido a sí mismo como «más de pueblo que las amapolas«. Ha opinado que en su empresa, a la que ha llamado siempre «la casa», en el caso de Jéssica Rodríguez, los procedimientos de control no fallaron, pero él tiene «la sensación de que a los procedimientos no se les hizo caso».
Ha hecho también una defensa de los 27.000 trabajadores del grupo Tragsa que están sufriendo las consecuencias de este caso, y ha recordado, emocionado, que «se tiran al barro» por el bien de la empresa, y que no es una metáfora, porque lo demostraron con la dana.