El catalizador bursátil de Alphabet podría tener ruedas

“Demasiado pronto para ser verdad” es, a menudo, el epitafio de las revoluciones que llegan sin pedir permiso. Pero cuando una promesa tecnológica como Waymo empieza a acumular cifras y alianzas, el mercado se ve obligado a levantar la mirada.

Así, Alphabet, la empresa matriz de Google, podría estar incubando en silencio su próximo gran catalizador… aunque Wall Street aún no haya girado la cabeza.

LA DESCONEXIÓN EMOCIONAL QUE FRENA A ALPHABET

Las acciones de la multinacional cotizan actualmente muy por debajo de su máximo de 52 semanas, una anomalía dentro del universo de los ‘7 Magníficos’. Mientras sus pares celebran avances en inteligencia artificial, semiconductores o servicios en la nube, Alphabet parece relegada a un segundo plano.

¿Por qué? Gabriel Osorio-Mazilli, analista de MarketBeat, apunta a una causa tan inesperada como emocional: “El mercado ha vinculado a Alphabet con los fallos ajenos en conducción autónoma, no con sus propios méritos”.

El responsable, indirectamente, podría ser Tesla. Su robotaxi, presentado con grandes expectativas y escasos resultados, ha teñido de escepticismo todo el segmento de movilidad autónoma. En este contexto, cualquier mención a ‘autonomous driving’ provoca recelo inmediato entre los inversores.

WAYMO: CIFRAS QUE CUENTAN OTRA HISTORIA

Pero Alphabet no es Tesla. Y Waymo no es un prototipo futurista: es una realidad operativa. Actualmente, la división de conducción autónoma de Alphabet gestiona hasta 250.000 viajes pagados por semana, una cifra que la aleja del concepto de “startup en pruebas”. Además, su tecnología, basada en radar y sin necesidad de supervisión humana, dista mucho de los modos semi-autónomos de su competidor de Austin.

Waymo está funcionando, creciendo y siendo adoptado, no es una promesa, es una propuesta ya en marcha”, subraya Osorio-Mazilli. Esta madurez convierte a Waymo no solo en un activo estratégico dentro de Alphabet, sino también en una plataforma lista para generar ingresos relevantes o incluso alianzas transformadoras.

¿ALIANZA A LA VISTA CON UBER?

Uno de los escenarios más atractivos que desliza el informe es la posibilidad de una alianza entre Waymo y Uber Technologies. Ambas compañías han estado explorando sinergias que podrían reconfigurar la movilidad urbana: por un lado, la flota autónoma de Waymo; por otro, la red de usuarios y la escala operativa de Uber. El potencial es evidente.

Las conversaciones entre ejecutivos buscan cómo coexistir y potenciarse mutuamente en sus respectivos mercados”, explica el citado experto. Este tipo de asociación no solo sería disruptiva, sino que podría ofrecer a Alphabet una nueva narrativa bursátil, alineada con el futuro de las ciudades inteligentes y el transporte sin conductor.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA PARADOJA DE LA FUENTE

A la presión sobre Alphabet se suma la percepción de pérdida de terreno en inteligencia artificial frente a modelos como ChatGPT. Sin embargo, esta lectura ignora un matiz clave: buena parte de los datos que nutren a esos modelos proviene precisamente del buscador de Google. Es decir, Alphabet sigue siendo proveedor estructural en la cadena de valor de la IA.

“No se trata de competir directamente con los modelos, sino de integrarse como base de datos, como infraestructura esencial”, remarca Osorio-Mazilli. Este enfoque menos visible, pero más robusto, podría devolverle protagonismo a Alphabet a medida que maduren las colaboraciones con desarrolladores de IA.

LOS PRIMEROS MUEVEN FICHA: EL DINERO INTELIGENTE ENTRA EN ESCENA

Mientras el consenso aún titubea, algunas grandes instituciones ya están tomando posiciones. El caso más notable es UBS Asset Management, que ha incrementado su participación en Alphabet hasta alcanzar 6.800 millones de dólares. Esta decisión no parece basada en el presente inmediato, sino en la lectura anticipada de lo que Waymo y otras verticales pueden aportar a medio plazo.

Las compras institucionales apuntan a un cambio de narrativa que aún no se ha consolidado en los titulares”, señala este estratega. En otras palabras, los movimientos de capital más sofisticados están leyendo entre líneas, adelantándose a lo que podría ser un rebote estructural en la cotización de Alphabet.

CONCLUSIÓN: LA OPORTUNIDAD QUE SURGE DEL RUIDO

Alphabet está siendo penalizada por el ruido de su sector, no por los fundamentos de su negocio. Waymo, con cifras operativas sólidas y posibles alianzas estratégicas, emerge como ese “driver oculto” capaz de reconectar a la compañía con la narrativa de crecimiento que merece. Como suele ocurrir en los mercados, las grandes oportunidades se esconden justo donde nadie quiere mirar.

La pregunta ya no es si Waymo puede tener éxito, sino cuándo el mercado dejará de castigarla por errores ajenos. Y cuando eso ocurra, Alphabet podría no solo recuperar el terreno perdido… sino reinventar su lugar en el tablero de la disrupción tecnológica.

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