Hasta en el último día, de “una temporada casi perfecta”, como la definió Lewandowski, autor de 42 goles, el Barça de Flick estuvo a la altura de la identidad que le ha creado su ideólogo. Equipo atrevido y voraz (0-3 en San Mamés para silenciar al Athletic), que ataca sin descanso y vive lejos de su portería, sin importarle si es Ter Stegen, el titular que se lesionó, Szczesny, el jubilado a quien rescató de los greens de Marbella, o Iñaki Peña, el canterano a quien premió el técnico en Bilbao poniéndolo en el último once de la temporada.
Hasta 38 goles ha provocado que hayan sido anulados porque los rivales han caído en la trampa del fuera de juego tendida por Flick desde el primer día a la que nadie ha encontrado el antídoto adecuado. El Barça ha jugado todo lo que se podía jugar, excepto la final de la Champions, que debía ser el partido 61. Y ha sido, sin Messi, el tercer equipo más goleador de la historia, con 174 tantos, solo superado por el de Guardiola con Leo (190 en la 2011-12) y el de Luis Enrique y el tridente (176 en la 2014-15).
Raphinha charla con Lamine Yamal durante el Athletic-Barça en San Mamés. / Afp / Ander Gillenea
30 futbolistas en 60 partidos. Y 16 proceden de la cantera (53%), que ha sido potenciada al máximo con un rendimiento espectacular. Hay tres niveles en el uso que ha realizado el técnico alemán, que tuvo a ocho intocables. Y todos por encima de los 3.000 minutos de competición: Raphinha, Pedri, Lamine Yamal, Koundé, Pau Cubarsí, Iñigo Martínez, Lewandowsi y Balde. Luego, está la segunda unidad integrada por 11 futbolistas. Y está liderada por Szczesny, De Jong, Marc Casadó, Eric García, Fermín López, Iñaki Peña, Dani Olmo, uno de los dos fichajes del pasado verano, Ferran Torres, Gerard Martín, Gavi y Araujo.
Luego, el entrenador ha diseñado una tercera vía, también formada por otros 11 jugadores, donde entra, y por lesión, Ter Stegen, junto a Héctor Fort, Pablo Torre, Pau Víctor, el segundo y último fichaje veraniego, Ansu Fati, Marc Bernal, a quien una grave lesión frustró su explosiva aparición, Sergi Domínguez, Christensen, Dani Rodríguez, Toni Fernández y Andrés Cuenca.

Lewandowski eleva el balón sobre Unai Simón en el primer gol del Barça en San Mamés. / Dani Barbeito / SPO
Han sido 174 tantos en 60 partidos, con una media espectacular de 2.9 por encuentros. En la Liga, además, ha superado el registro de los 100 gracias a los tres que anotó en San Mamés. No hay ningùn equipo en Europa que haya marcado tantos goles en su campeonato nacional.
Y Flick ha creado esa poderosa máquina ofensiva sobre el tridente, que ha firmado 94 goles de eso 174. O sea, el 54% gracias a la contundencia de Lewandowski (42 goles), Raphinha (34) y Lamine Yamal (18). Pero la cifra que demuestra la trascendencia de esos tres jugadores es cuando se suman esos tantos a sus asistencias. Entre los tres han participado en 94 de los 174. O sea, un escandaloso 84%.

Pedri, durante el partido de este domingo en San Mamés. / Ap
Han sido 60 y ha ganado tres títulos: Supercopa, Copa del Rey y Liga. Tan solo ha dejado de jugar un encuentro, el que se jugará el próximo sábado en Múnich con la Champions en juego. Ha firmado el 73% de victorias gracias a sus 44 triunfos, habiendo además elevado Flick su condición de intocable en las finales. Jugó cinco con el Bayern y ganó las cinco. Ha disputado dos con el Barça, y ambas ante el Madrid de Ancelotti, al que ha desplumado, y ha ganado ambas (Supercopa y Copa).

Los jugadores del Barça celebran el triunfo sobre el Madrid ante un abatido Mbappé. / Jordi Cotrina
Han sido 38. Una de las señas de identidad del atrevido Barça de Flick ha sido llevar la línea defensiva al centro del campo. Ha encajado 71 goles en 60 partidos (1.18 por encuentro), pero, al mismo tiempo, ha sido capaz de provocar que anularan hasta 38 goles a sus rivales que cayeron en la trampa del fuera de juego. La cifra es monstruosa porque en 27 de los 60 encuentros (45%) se ha visto la misma escena.
La alegría del gol al Barça ha quedado luego anulada al ser certificada por el VAR que el autor estaba en posición ilegal. Y hasta en el último partido en San Mamés se vivió esa escena con Unai Gómez, quien vió como le anulaban ese tanto por fuera de juego previo de Berenguer. Y a Mbappé, el Pichichi del campeonato con 31 goles, le ha hecho probar esa medicina hasta en tres ocasiones.

Laporta junto a los porteros Szczesny y Ter Stegen. / FCB
Hasta tres ha tenido que usar el entrenador alemán. Empezó con Ter Stegen, el titular, pero se lesionó en el Estadio de La Cerámica contra el Villarreal, lo que abrió la puerta del equipo a Iñaki Peña. Pero Flick creía necesario llevar experiencia y oficio a ese rol tan delicado. De ahí el fichaje de Szczensy, al que sometió a una pretemporada en tiempo real. Duró dos meses: noviembre y diciembre. Luego, ya en enero, le convirtió en el guardián del equipo provocando una sensación de injusticia en Iñaki Peña, a quien sí puso en el último partido de la temporada en San Mamés.
Hasta cinco medio centros ha utilizado el alemán en los 60 encuentros. Apostó, y de manera sorprendente, por Marc Bernal, apartado luego por su grave lesión en Vallecas. Luego se inventó a Marc Casadó, mientras esperaba a Frenkie de Jong, a quien Flick ha recuperado para el Barça tras años de críticas, murmullos y reproches. Y el entrenador acudió incluso, aunque de forma circunstancial a Eric García, antes de ir cociendo a fuego lento a Gavi. Cinco jugadores para una posición en la que hace un año se exigían refuerzos, tipo Zubimendi o Guido Rodríguez, a la que el alemán ha encontrado la solución. Primero mirando abajo. Luego, mirando a su propia plantilla.