El Barça está a punto de cerrar el fichaje más importante de la temporada. Y, tal vez, de los próximos años. No ha tenido que desembolsar ni un solo euro por quedarse con la nueva estrella del fútbol mundial, candidata incluso al Balón de Oro aunque no es ni mayor de edad. El Barça está a punto de obtener la firma más deseada -podría ser este mismo martes- porque cierra los últimos detalles para que Lamine Yamal renueve hasta 2031, según ha informado el periodista Fabrizio Romano.
De esta manera, el joven delantero, de 17 años, quedaría equiparado a los mejor pagados de la plantilla después de dejar desfasada una renovación pactada hace semanas. Su fútbol va tan rápido que ni siquiera se firmó lo acordado sino que se ha hecho un documento distinto.
Lamine Yamal exhibe el 304, el código postal del barrio de Rocafonda en Mataró tras firmar el 1-1 del Barça al Villarreal en Montjuïc. / Jordi Cotrina
Aunque quisiera, el Barça no podría comprar ahora mismo en el mercado a un futbolista tan desequilibrante y creativo como Lamine Yamal. No tendría dinero -¿qué valdría ahora? ¿150 millones? ¿200?- para acometer tal colosal operación económica.
De ahí, que esa firma haya sido tan perseguida desde hace meses, acelerándose en las últimas semanas coincidiendo con la explosión del joven delantero, que se ha equiparado, y sin discusión alguna, con los mejores del mundo. Tenía prisa el Barça. Tenía prisa Lamine. De ahí que el acuerdo
El tesoro de La Masia
Un futbolista inalcanzable para el Barça si pretendiera comprarlo. No podría. Pero al nacer en La Masia, acunado por Xavi, que le abrió con 15 años la puerta del primer equipo, e impulsado por Flick, quien se ha entregado a su magia para cambiar la historia del club conquistando el triplete doméstico. Pero no es el mayor tesoro que ha dejado Lamine Yamal en su primer gran año en la elite. Ha destronado al Madrid de Mbappé y, al mismo tiempo, ha conectado de manera fulgurante con adolescentes y jóvenes que han subido en masa a Montjuïc.

Gavi y Lamine Yamal, que festeja el gol como lo suele hacer Fermín junto a Lamine Yamal, que anotó el 2-1 del Barça al Villarreal en Montjuïc. / Jordi Cotrina
Este Barça es, además, intergeneracional, al haber conectado a todos los estratos de edades recuperando la ilusión perdida y terminando, al mismo tiempo, con el duelo, que parecía infinito, por la marcha de Messi. Un duelo que se ha transformado en alegría colectiva por la aparición de los jóvenes de La Masia.
17 años, 18 goles, 25 asistencias
Y todo arranca con Lamine Yamal, cuya influencia en el equipo ha sido determinante en esta temporada, trazando una trayectorias ascendente. De menos a más, terminando, a sus 17 años, con 18 goles y 25 asistencias, cifras inalcanzables para el primerizo Messi que acunó con tacto y astucia Frank Rijkaard.
A Flick le toca ahora ejercer idéntico papel al asumido en 2003 por el técnico neerlandés. Es la gestión de un “genio”, como ha calificado el alemán, y en varias ocasiones, al talento de Rocafonda (Mataró). Un joven que debutó con 15 años de la mano de Xavi y que, ya con 16, era campeón de la Eurocopa con la selección española, además de iniciar la temporada con un valor de mercado, según Transfermarkt, la web especializada en estos asuntos, de 90 millones de euros. Ahora, 10 meses más tarde, Lamine Yamal está tasado en 180. Y a su progresión no se le adivina fin.

Lamine Yamal, durante el Athletic-Barça en San Mamés. / FCBARCELONA
El Paris SG quiso comprarlo el pasado verano antes de su brutal eclosión, que tiene en su mágica semifinal de Champions ante el Inter, su momento cumbre. Incluso en la eliminación del equipo de Flick, capaz como fue luego el delantero de ser decisivo en los cuatro clásicos contra el Madrid: tres goles y dos asistencias. Dejando, además, la poderosa sensación de que era indefendible, ya fuera Mendy el lateral zurdo titular o Fran García el suplente.
La ‘formula Messi’
Laporta, como ya le tocó en su primera etapa presidencial con Messi, está a punto de lograr la firma más deseada. Lamine Yamal ha renovado por cinco años, colocada su cláusula de rescisión en la prohibitiva cifra de 1.000 millones de euros. Pero el dirigente, que ha trazado la misma estrategia que usó con Leo -contrato progresivo y cada vez más elevado en el que se asientan año a año los bonus obtenidos-, tiene claro que si el joven sigue así volverá a pasar dentro de unos meses por su despacho del Camp Nou.