En el corazón del Atlántico, lejos del bullicio turístico, se encuentra un destino que parece sacado del sudeste asiático. Se trata de Valle Gran Rey, un pequeño municipio en la costa occidental de La Gomera que combina una naturaleza salvaje con una rica herencia cultural.
Con tan solo 33 kilómetros cuadrados, Valle Gran Rey es el segundo municipio más pequeño de la isla, pero su diversidad paisajística lo convierte en uno de los más fascinantes. Rodeado de riscos y frondosos bosques de laurisilva, este lugar es un reflejo del alma gomera.
Acerca de La Gomera
Hay lugares que no necesitan palabras para enamorar. Así es La Gomera, una de las joyas más auténticas del Archipiélago Canario. National Geographic la ha destacado como la isla más mágica y legendaria del archipiélago.
Con apenas 400 kilómetros cuadrados, encierra paisajes que parecen sacados de un cuento. Sus caminos serpenteantes, sus miradores que cortan la respiración y su exuberante vegetación la convierten en un santuario para quienes buscan paz, belleza y un contacto genuino con la naturaleza.
Lejos del turismo masivo, su entorno intacto ofrece postales donde los verdes intensos del bosque contrastan con el azul profundo del mar, creando un escenario perfecto para desconectar del mundo.
La isla, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, alberga además el Parque Nacional de Garajonay, un bosque de laurisilva que es Patrimonio de la Humanidad desde 1986. En sus senderos habitan especies únicas, tanto de flora como de fauna, lo que lo convierte en un verdadero refugio de biodiversidad.