Con casi 400.000 fieles seguidores en Instagram, la doctora Isabel Viña Bas, no se anda con rodeos cuando se trata de salud. Esta experta en hormonas, suplementación y metabolismo lanza ahora una alerta clara: tu hígado está en peligro, y no es solo cosa del alcohol o de unos kilos de más. «Estamos ante una verdadera epidemia silenciosa que te está afectando por dentro, ¡y te está robando la salud sin que te des cuenta!», advierte la también directora médico- científica de IVB Wellness Lab.
Isabel Viña lo dice alto y claro: el hígado graso no es una anécdota, es una pandemia metabólica que ha explotado. ¿Por qué? Primero, porque por fin lo estamos buscando y encontrando. Pero la razón de fondo es mucho más preocupante: hemos normalizado estilos de vida que lo fomentan.
Un hígado secuestrado por la grasa
Nuestro hígado es el ‘superhéroe’ silencioso del metabolismo y la detoxificación. Pero, como explica Isabel, cuando acumula más del 5% de grasa, su tejido funcional comienza a degradarse. «Imagina una máquina vital que empieza a ser invadida por un intruso», comenta. ¿Qué pasa? Sus funciones esenciales se ven comprometidas: desde la detoxificación de fármacos, hormonas, toxinas ambientales, hasta la gestión de vitaminas, minerales y procesos clave como la metilación o el metabolismo de todo lo que comes. Un hígado graso es un hígado que no puede hacer bien su trabajo, insiste.
Esa grasa «ectópica» (fuera de su sitio normal) es además una fábrica de inflamación. Genera una inflamación crónica de bajo grado que se extiende por todo el cuerpo. «Y la inflamación crónica es la base de casi todo lo malo: enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, autoinmunes, y un sinfín de desequilibrios hormonales como SOP (síndrome del ovario poliquístico) , endometriosis, infertilidad, y la archienemiga resistencia a la insulina», enumera Isabel Viña. Ese «pequeño» problema de hígado graso puede ser el detonante de muchas patologías aisladas.
El gran engaño de los «falsos saludables»
Uno de los mensajes más potentes que Isabel comparte con sus seguidores es la necesidad de desenmascarar a los culpables dietéticos, más allá de lo obvio. Los excesos de azúcares y carbohidratos refinados son enemigos declarados, pero la industria alimentaria se ha vuelto maestra del disfraz. Productos etiquetados como «light», «sin azúcar añadido» o «integrales» a menudo son trampas.
La clave, según esta experta en metabolismo, es aprender a identificar y erradicar el azúcar añadido, especialmente la fructosa añadida. Y aquí está el truco: no hablamos de la fructosa que naturalmente viene con la fibra de una fruta entera. Hablamos de la que se concentra y añade para endulzar o mejorar texturas.
¿Dónde se esconde?
Concentrados de frutas y zumos.
Fructosa añadida.
Sirope de agave.
Polioles como maltitol o sorbitol: aunque no son azúcar al uso, el cuerpo los convierte en fructosa.
Este azúcar camuflado es un directo pasaje de ida para la acumulación de grasa hepática, sube el ácido úrico y pavimenta el camino al síndrome metabólico. Tu hígado te está pidiendo que dejes de «alimentar al monstruo» con estos engaños.
Los saboteadores de la vida moderna: no todo es la dieta
El estilo de vida actual juega un papel colosal. Isabel Viña Bas subraya la relación íntima entre el estrés crónico y la falta de sueño de calidad. Es una calle de doble sentido: el estrés altera el cortisol, saboteando tu descanso, y la falta de sueño descompensa otras hormonas vitales (insulina, testosterona, prolactina), desajustando todo tu metabolismo.
Además, un cerebro cansado te pide «recompensa». Te empuja hacia alimentos ultraprocesados, ricos en grasas insanas y azúcares, buscando esa dosis rápida de serotonina y dopamina que el descanso debería darte. Es un círculo vicioso que engorda tu hígado.
Y un dato que a menudo sorprende: ¡ciertos medicamentos de uso común son cómplices! Los corticoides favorecen la grasa hepática directamente. Otros fármacos, muy prescritos (benzodiacepinas, antidepresivos, antipsicóticos, tratamientos para migrañas, anticonceptivos, tensión arterial…), pueden aumentar el apetito. Y ese apetito incrementado no suele pedir una ensalada, sino lo que más rápido te da placer, llevando a un exceso calórico que tu hígado almacena como grasa.
El hígado graso invisible: delgados, niños y la cruda verdad
Rompiendo uno de los mitos más extendidos, Isabel insiste: puedes tener un IMC «normal» y un hígado lleno de grasa. La genética influye; algunos tendemos a almacenar grasa en órganos vitales (ectópica) en lugar de bajo la piel. Aunque no se vea por fuera, el impacto metabólico por dentro es brutal.
Este patrón, combinado con nuestro entorno (sedentarismo, dietas pobres en fibra/grasas saludables, cambios epigenéticos), explica la creciente incidencia en personas de normopeso. Lo más desgarrador es verlo en niños y adolescentes. Las pantallas han robado el lugar al movimiento. Isabel es tajante: el movimiento es el mejor antídoto en un mundo diseñado para enfermarnos metabólicamente. Criar es difícil, pero la actividad física no es negociable.
El engaño del «detox rápido»: la verdadera limpieza empieza por dejar de ensuciar
La obsesión por los «detox» milagrosos es, según la Dra. Viña Bas, un gran desvío. La salud es un maratón, no un sprint. Y el primer paso real para ayudar a tu hígado no es meterle brebajes, ¡es dejar de someterlo a toxinas! El «detox» más efectivo es reducir la carga tóxica, empezando por lo más obvio (y lo que nadie quiere oír): el alcohol.
Olvídate de pastillas mágicas. Lo que tu hígado necesita es que le facilites su trabajo a largo plazo.
La hoja de ruta real para un hígado sano y regenerado
Para revertir y optimizar la función hepática, Isabel ofrece soluciones basadas en la ciencia:
- Combate la inflamación crónica: Aquí entra su conocimiento sobre el metabolismo. Fortalece tus músculos. Son esenciales porque producen mioquinas, hormonas antiinflamatorias clave. El movimiento es tu aliado.
- Potencia la detoxificación natural: Dale a tu hígado las herramientas. Esto significa ejercicio físico regular, un consumo abundante de fibra y antioxidantes (frutas, verduras, legumbres, semillas, especias) y suficiente proteína de calidad que aporte los aminoácidos (glicina, cisteína, metionina) que tu hígado usa para «limpiar».
- Nutrición estratégica a largo plazo: Incrementa la fibra soluble (legumbres, verduras, frutos rojos, kiwi, papaya, frutos secos, semillas al natural, pseudocereales, integrales). Es vital para el intestino y el metabolismo. Y abraza las grasas saludables (AOVE, aguacate, frutos secos/semillas como lino y chía, pescado azul: caballa, sardinas, trucha, etc.). Son fundamentales para su función y regeneración.
Estrés oxidativo, ese daño que envejece
El estilo de vida actual, marcado por factores ambientales y demandas físicas, puede contribuir a la generación de estrés oxidativo en las células. Este proceso puede afectar la producción celular y se asocia al envejecimiento y a la aparición de enfermedades crónicas. A menudo, este desgaste celular ocurre de forma progresiva y silenciosa, haciendo que el daño se acumule sin síntomas de alerta inmediatos.
Isabel Viña Bas aborda todos estos desgastes celulares a través de su laboratorio, IVB Wellness Lab. Con el objetivo de ofrecer complementos nutricionales basados en la evidencia científica, desarrolla fórmulas propias que buscan integrar compuestos naturales con el rigor médico.
En este contexto, Viña acaba de presentar Anti-Ox Global. Este suplemento está diseñado para ayudar a contrarrestar el estrés oxidativo y la inflamación crónica de bajo grado asociada a este proceso celular.
La composición de Anti-Ox incluye extractos secos de vegetales y plantas. Destaca el extracto de tomate (100 mg), una fuente de licopeno, un antioxidante conocido por su capacidad para proteger las células del daño oxidativo. La fórmula también contiene extracto de romero (25 mg) y extracto de zanahoria (5 mg).
Anti-Ox busca ofrecer apoyo a diversas funciones corporales:
- Proteger la salud de la piel y ayudar a atenuar el envejecimiento cutáneo.
- Contribuir al mantenimiento de la salud visual.
- Apoyar la salud cardiovascular y hepática.
- Favorecer la recuperación muscular tras el ejercicio.
- Apoyar el metabolismo energético celular.
Este suplemento está dirigido a personas que desean reducir su estrés oxidativo, incluyendo aquellas expuestas a factores como polución, tabaquismo, consumo de alcohol o ciertos fármacos. También es una opción para quienes buscan mejorar la salud de su piel, apoyar su metabolismo energético o potenciar su recuperación muscular post-ejercicio.