La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha denunciado este lunes el deterioro que sufre la fachada del Palacio Episcopal de Murcia, un edificio singular del barroco murciano declarado Bien de Interés Cultural (BIC), cuyos frescos de la fachada «se están desprendiendo».
Según Huermur, se aprecian zonas con pérdida total de capas pictóricas, humedades ascendentes, eflorescencias salinas, grietas, microfisuras y alteraciones cromáticas que afectan gravemente a los motivos decorativos.
Esta fachada fue restaurada a comienzos de los años 2000 y Huermur ha solicitado a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia y al Ayuntamiento de Murcia que actúen de inmediato, inspeccionen el estado de la fachada y sus frescos, e insten sin demora la reparación y restauración de los paramentos afectados.
La entidad conservacionista critica que el Ayuntamiento de Murcia «se dedique a la publicidad y propaganda del 1200 aniversario de la ciudad mientras el patrimonio cultural, que es el legado vivo de su historia, se cae literalmente a pedazos ante la mirada de todos».
«Es inadmisible que la fachada de uno de los edificios más importantes de Murcia esté cayéndose a pedazos ante la pasividad general de las administraciones. No se puede seguir permitiendo que el patrimonio histórico de la ciudad se degrade por abandono y falta de mantenimiento«, ha señalado Sergio Pacheco, presidente de Huermur, añadiendo que «si el patrimonio que está en pleno centro, junto a la Catedral, presenta este estado, el que hay repartido por toda la huerta y pedanías de Murcia es dantesco».
Peligro de desprendimientos
Huermur ha documentado fotográficamente el estado actual del inmueble y advierte del riesgo de desprendimientos que puedan afectar incluso a los viandantes, en una de las zonas más transitadas del centro histórico de la ciudad. La asociación valora poner en conocimiento del Ministerio de Cultura estos hechos si no se actúa de inmediato, recordando que el Conjunto Histórico-Artístico de la ciudad de Murcia está declarado Bien de Interés Cultural desde 1976.