La despedida para el recuerdo de Modric y Ancelotti
el tertulión de los domingos

Los jugadores del Real Madrid mantean a Luka Modric.
Al Santiago Bernabéu le invadió la emoción y la nostalgia en un momento para el recuerdo. La despedida a la altura de dos de sus grandes leyendas. El jugador con más títulos y el entrenador más laureado. Luka Modric y Carlo Ancelotti. Las lágrimas fueron difíciles de contener para cualquiera de los presentes.
El partido incluso se detuvo para despedir con honores a Modric. Con la participación hasta del rival, la Real Sociedad, que participó en el pasillo que se hizo al croata en un su último día en el césped del Bernabéu tras trece años en los que dio forma a la leyenda del 10 más grande de la historia del club blanco. Los vídeos, los discursos emotivos, el manteo a los dos protagonistas, las lágrimas de Ancelotti. La representación del fin de una era repleta de éxito para el Real Madrid.
El penalti que cambió el rumbo del descenso

Javi Puado celebra el 1-0 del Espanyol contra Las Palmas.
Los nervios comenzaban a aflorar en el RCDE Stadium ante la falta de acciones ofensivas de un Espanyol obligado a ganar para continuar en LaLiga EA Sports y no descender. No había realizado un solo disparo a la portería de la UD Las Palmas, un equipo ya sentenciado y sin opciones de permanencia. Era el minuto 64 y una acción cambió el rumbo de los acontecimientos.
A un centro lateral que atacó Essugo, defensa de Las Palmas con la posición ganada, se intentó adelantar Alejo Véliz que chocó con la pierna del rival en su intento de alcanzar antes el esférico. Cayó al suelo y el colegiado del partido no dudó en señalar penalti. El VAR no intervino en una acción decisiva para resolver la última plaza del descenso. Javi Puado no perdonó la pena máxima y lanzó al Espanyol hacia un triunfo que le da la permanencia.
El orgullo de Butarque
A esas alturas, cuando a Butarque llegó lo que ocurría en el estadio del Espanyol, el Leganés ya cumplía con su parte. Vencía con contundencia a un Real Valladolid al que se le ha hecho muy larga la competición. Las risas, las celebraciones en cada uno de los tres goles de la primera parte que mandaban una buena carga de presión a Barcelona, se convirtieron en un silencio doloroso, repleto de indignación cuando a 626 kilómetros de distancia, en Cornellá se produjo el penalti que cambiaba el rumbo.
Fueron momentos para digerir la peor situación, junto a una grave lesión, que puede vivir un deportista delante su afición. Las lágrimas aparecieron en el banquillo en los jugadores del Leganés, en el campo en aquellos que lo habían dado todo hasta perder la esperanza. En la grada de Butarque resonaban cánticos repletos de orgullo y se los dedicaron a la plantilla que acudió a un fondo con resignación.
El gol de Aspas

Iago Aspas celebra el 1-2 del Celta contra el Getafe.
No podía ser otro que el gran referente del celtismo, Iago Aspas, el que firmara el tanto que devuelve al Celta de Vigo a competición europea y pusiera el gran broche a una temporada magnífica de un equipo rejuvenecido con perlas de la cantera a las que no les pudo la presión.
Era el minuto 80 cuando el Celta, que asediaba al Getafe en el Coliseum, encontró el justo premio del triunfo. Un centro lateral lo enganchó el capitán en carrera, sin dejar botar el balón, pegándole con el alma para desatar la locura. Los miles de aficionados que viajaron desde Vigo para vivir de cerca un día especial celebraban con la misma pasión que Aspas que corría como loco, se quitaba la camiseta y cumplía el sueño de devolver ocho años después al equipo de su vida a competición europea. Jugará la próxima edición de la Liga Europa.
Vallecas vuelve a Europa

Los aficionados del Rayo celebran sobre el césped la clasificación europea del equipo.
Con menor brillantez y sin necesidad de vencer su partido, el Rayo Vallecano también vivió un día muy especial ante su fiel parroquia. Empató sin goles ante el Real Mallorca, que también tenía opciones europeas si se daba una carambola. Y con el partido acabado, sus jugadores se reunieron en dos corrillos sobre el césped escuchando el resto de partidos, esperando el pitido final.
Nadie se había marchado en el estadio y un grito unísono resonó cuando se confirmó el regreso del Rayo Vallecano a competición europea 24 años después. La primera fue premiado por juego limpio, en la antigua UEFA, cuando el equipo de Míchel, Luis Cembranos o Julen Lopetegui sintió de cerca la historia, arrebatada por el Alavés que acabó cayendo en una final para la historia con el Liverpool. En esta ocasión la Liga Conferencia será el escenario del regreso. Un gran logro para un equipo de barrio instalado en la élite que lo celebró con su afición primero en el estadio y posteriormente en la fuente donde, hasta ahora, se festejaban ascensos.
El adiós de San Mamés a un referente
La fachada del estadio San Mamés se iluminó de rojo con unas letras que daban la vuelta y agradecían la carrera de Óscar de Marcos. Había llegado el punto final a una despedida anunciada. Su sueño habría sido con la conquista en el mismo escenario de la final de la Liga Europa, pero el Manchester United frenó el sueño. Fue ante el campeón de LaLiga, el Barcelona, en un partido en el que lo de menos era el resultado.
Bilbao estaba de fiesta por la clasificación ya certificada a la Liga de Campeones, un logro de Ernesto Valverde. Y acudió a despedir como merecía a uno de sus referentes. Recibido en el partido con un pasillo formado por sus compañeros del Athletic, los jugadores del Barcelona y los colegiados. Lo recorrió con orgullo junto a sus tres hijos mientras una pancarta enorme lucía en un lateral de San Mamés. «Te queremos,. Bueno en el fútbol, bueno en la vida». Toda la afición se volvió a poner en pie cuando a dos minutos del final el dorsal de Óscar de Marcos anunciaba el fin. La ovación eterna. El abrazo de todos, las palabras de agradecimiento de su entrenador al oído. El mejor final a una carrera dedicada a su club con 16 años para el recuerdo.