El Dr. Orlando Gigirey, cirujano torácico del Hospital Juaneda Miramar, habla de la importancia del diagnóstico precoz del cáncer de pulmón.
— ¿Por qué es tan importante la detección precoz del cáncer de pulmón?
— El cáncer de pulmón suele ser clínicamente silente en fases iniciales. Los síntomas (tos persistente, disnea, hemoptisis o pérdida de peso) suelen aparecer cuando la enfermedad ya está en estadios avanzados (III o IV), lo que limita las opciones curativas y reduce la supervivencia. Si se detecta en estadios I o II es posible ofrecer tratamientos con intención curativa, como la cirugía o la radioterapia estereotáctica. Los estudios NLST y NELSON han demostrado que el cribado mediante TAC de baja dosis (TCBD) puede reducir la mortalidad por cáncer de pulmón entre un 20-24% en poblaciones de alto riesgo. Los programas de detección precoz no solo son clínicamente eficientes, sino éticamente necesarios en términos de salud pública.
Momento de una intervención de cirugía torácica laparoscópica en el Hospital Juaneda Miramar. / Hospital Juaneda Miramar
Perfil de quienes pueden padecer cáncer de pulmón
—¿Quiénes son personas de “alto riesgo” y cuándo empezar a particular en cribados?
—Personas de 50-80 años, fumadores actuales o exfumadores en los últimos 15 años, con una historia acumulada de 20-30 paquetes/año. Estos criterios se basan en evidencia epidemiológica que relaciona la exposición acumulada al tabaco con el riesgo de cáncer pulmonar. Se recomienda el cribado a partir de los 50 años, dado que la incidencia de neoplasias pulmonares comienza a aumentar de forma significativa a esa edad, y continuar mientras el individuo conserve una expectativa de vida razonable y esté en condiciones de beneficiarse de un tratamiento potencialmente curativo.
La importancia de la detección precoz en el cáncer de pulmón
—¿En qué consiste la detección precoz del cáncer de pulmón?
—Se basa en realizar una TCBD anual en personas de alto riesgo. A diferencia de la radiografía de tórax, de baja sensibilidad, la TCBD permite detectar nódulos pulmonares de apenas unos milímetros, potencialmente malignos, en estadios subclínicos. Dura unos minutos, no requiere contraste, y su carga de radiación es baja (menor que la de un TAC convencional). Debe acompañarse de protocolos claros de seguimiento y manejo de hallazgos incidentales, para evitar el sobrediagnóstico o el tratamiento innecesario. En España se está comenzando a implementar CASSANDRA (Cancer Screening, Smoking Cessation and Registries for the National Detection of Respiratory Tumors). Una persona con perfil de riesgo tabáquico, incluso más joven de 50 años, debería solicitar a su médico las pruebas de detección precoz (sean dentro de CASSANDRA o a nivel particular) para descartar un cáncer de pulmón en fase inicial y silente.
«Las personas de alto riesgo son hombres y mujeres de 50-80 años, fumadores actuales o ex fumadores en los últimos 15 años, con una historia acumulada de 20-30 paquetes/año»
—¿Qué ocurre si se detecta algo sospechoso en una TCBD?
—La mayoría de los hallazgos son nódulos benignos. El seguimiento depende del tamaño, morfología y densidad del nódulo. Los nódulos menores de 6 mm generalmente no requieren una intervención inmediata, pero sí un control periódico. Ante nódulos sospechosos (≥8 mm, bordes irregulares, crecimiento en el tiempo) se puede requerir PET-TAC o biopsia. La actuación debe ser multidisciplinar con participación de radiólogos, neumólogos, cirujanos torácicos y oncólogos, que valoren conjuntamente el riesgo de malignidad y la estrategia óptima, evitando el retraso diagnóstico o un tratamiento innecesario.

Equipo de cirugía torácica, con los Doctores Pablo Partida, anestesista, y Orlando Gigirey, cirujano torácico, en el centro de la imagen. / Hospital Juaneda Miramar
Diferentes tipos de estados del cáncer de pulmón
—¿Qué diferencias hay entre estadios precoz y avanzado?
—En estadios iniciales la cirugía puede ser mínimamente invasiva, con menores complicaciones, hospitalización más corta y rápida recuperación. En estadíos avanzados, la cirugía suele implicar lobectomías más extensas, resecciones de estructuras adyacentes y frecuentemente se combina con quimioterapia o inmunoterapia. Hay más riesgos quirúrgicos y se reducen las tasas de curación. La intervención precoz permite una medicina más conservadora, con mejores resultados y menor impacto.
«La detección precoz permite ofrecer una vida larga y con dignidad, mientras que el diagnóstico tardío implica casi siempre una evolución hacia la cronicidad o la muerte»
—¿Qué diferencias habrá en calidad y pronóstico de vida?
—En estadio I, la tasa de supervivencia a 5 años puede superar el 70-80%. En estadio IV, esta tasa cae por debajo del 10-15%. Los pacientes tratados en fases precoces suelen mantener una buena calidad de vida, sin los efectos adversos prolongados de la quimioterapia o la inmunoterapia. La detección precoz permite ofrecer una vida larga y con dignidad, mientras que el diagnóstico tardío implica casi siempre una evolución hacia la cronicidad o la muerte.